Hoy hemos estado, aprovechando que tengo una visita de unos familiares, visitando la fábrica de cervezas Guinness. Es una de las visitas clásicas, que no se pueden dejar de hacer cuando vienes a -o estás en- Dublín, pero que por un motivo u otro siempre habíamos postpuesto. Hasta hoy.
La visita consiste en un recorrido por una antigua planta de fermentación de la fábica, que estuvo operativa entre 1904 y 1988. El recorrido, que avanza a lo largo de 7 niveles por la planta de fermentación, proporciona una completa visión de cómo se elabora, transporta, publicita y consume la cerveza a lo largo de todo el mundo, así como proporciona una breve historia de la familia Guinness y su relación con Dublín.
También contiene varios bares y restaurantes, donde es posible degustar un buen estofado de ternera con salsa de cerveza -Guinness, cómo no-, y de otras recetas preparadas haciendo uso de la cerveza. Y como postre, una degustación en el mirador más alto -el Gravity Bar- de la ciudad de Dublín, lo que permite disfrutar de unas buenas vistas de todo el entorno.
Recomendable visita, que no hay que postponer (como nosotros hemos hecho) mucho tiempo.