El domingo 14 de abril realicé una nueva salida ciclista con Miguel y Sergio. Esta vez escogimos realizar una ruta plana, con la idea de hacer kilómetros: la Vía Verde de los Alcores, por la que ya había rodado en 2010. Empezamos la etapa al filo de las 17:15h, con un poco de retraso con respecto al horario previsto. La tarde se presentaba calurosa y con mucho viento, pero sin mayor inconveniente para rodar.
Así pues, dejamos atrás el lugar donde habíamos estacionado los coches, junto a la entrada de la vía verde, a la altura de Autocaravanas Hidalgo, y nos dispusimos a rodar. Lo primero que advertimos es que el terreno, pese a las lluvias de semanas anteriores, se encontraba bastante seco. Tanto fue así, que pronto empezamos a encontrarnos abundantes trampas de arena, que hacían presagiar lo peor. Salvamos como pudimos estas trampas, para encontrarnos poco después que éstas se alternaban con tramos embarrados. Estábamos teniendo lo peor de ambos mundos. Y eso que aún estábamos en la cornisa de los Alcores, y no habíamos llegado a los tramos de campiña cercanos a Carmona que, según habíamos escuchado, habían sido poco menos que impracticables en invierno a causa del barro arcilloso.
Mantuvimos un ritmo bastante alegre, de 21 km/h de media, hasta pasado El Viso del Alcor. A partir de este punto se inicia un descenso que lleva a las planicies de campiña que anteceden a Carmona. Allí encontramos restos de lo que nos habíamos temido: la pista se encontraba bastante rota por haber rodado por ella vehículos agrícolas cuando se encontraba enfangada. Había grandes roderas, resecas ya y bastante quebradizas, que hacían complicado rodar por ellas, y dejaban testimonio del infierno que podría haber supuesto el rodar por allí las semanas anteriores.
Por lo demás, el camino, excepción hecha del calor, no tuvo mayor novedad hasta que llegamos a la altura de la antigua estación de Carmona-Valle, fin de la vía verde, y que se encuentra prácticamente derruida. Ya que estábamos allí, no podíamos menos que subir a Carmona. Tomamos el antiguo camino que comunicaba la estación con la carretera de Marchena, y desde allí enlazamos con la antigua N-IV. Aunque mi idea original era entrar en Carmona por la Puerta de Córdoba, al final la N-IV nos acabó llevando a la Puerta de Sevilla, donde hicimos una parada, al frescor de sus venerables piedras. Eran las 18:35h.
Reanudamos la marcha, a fin de volver a Alcalá antes de que se nos echara la noche encima. Atravesamos el casco antiguo de Carmona, pasamos junto al Alcázar del Rey Don Pedro, y salimos -esta vez sí- de Carmona por la Puerta de Córdoba, donde no pude resistir el detenerme para posar junto a la Puerta:
Y ya que estábamos allí, no pudimos menos que salir de Carmona descendiendo por la Vía Augusta, de la que aún se observaban restos de calzada, aunque gran parte de ella ha sido encementada, atendiendo a no sé cuál criterio de conservación arqueológica, la verdad.
Una vez pasamos el puente romano, tomanos de nuevo la N-IV, para salir nuevamente a la carretera de Marchena, y volver a enlazar con la Vía Verde. La vuelta por la vía fue ligeramente diferente a la ida. La temperatura había bajado considerablemente, a la vez que el viento, por lo que era más cómodo rodar. Sin embargo, la zona se encontraba infestada de insectos, por lo que casi no podíamos hablar, a riesgo de acabar con la boca llena de bichos. Aunque hubiera sido una manera alternativa de lograr proteínas.
Aun así, el rodar fue bastante alegre, con medias cercanas a los 20 km/h. Salvamos los últimos tramos de trampas de arena, en los que casi nos quedamos encallados, y en uno de los cuales Miguel tomo un trazado alternativo que lo hizo circular un tramo campo a través, para acabar llegando a los coches a las 20:40h, tras 54 kms. de etapa.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Vía Verde de Los Alcores
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