Resulta que al final los de Timofonica no nos regalan para el piso el router inalámbrico, ya que al parecer eso es sólo para aquellos que ya tuvieran contratado algún tipo de servicio con ellos y se pasaran al plan Dúo de las narices. Así que, visto lo visto, he decidido resucitar mi router 3Com OCR-812 de pega.
La cosa es la siguiente, yo tenía (tengo) un modem ADSL de 3Com el HomeConnect Dual Link (3CP204130), y un buen día, hace ya mucho tiempo, descubrí una página en la que daban las intrucciones para convertirlo en un router 3Com OfficeConnect 812 (3CP4130), ya que, maravillas de la técnica y la reducción de costes empresariales, compartían el mismo hardware, pero llevaban un firmware distinto. Y funcionó, oye. La única diferencia con el modelo real es que no tiene los cuatro puertos RJ-45, sino tan sólo uno.
Hace algún tiempo dejé de utilizarlo, ya que Jaime me prestó su OCR-812 de verdad, pero ya es hora de que vuelva a la vida. En el piso de Sevilla nos va a venir muy bien.
[...] Llevaba unos cuantos días sospechando que el ordenador de uno de los compañeros de piso estaba siendo utilizado como equipo zombie para el envío de correo basura. Las pistas que me llevaban a eso eran variadas: en primer lugar, el router que tenemos en el piso sufría a determinadas horas frecuentes desconexiones; teniendo en cuenta que ese router me lo había currado yo, sabía perfectamente que eso pasaba cuando saturábamos el canal de subida de datos a internet. Efectivamente, a través de la web de diagnóstico se observaba que había en esas ocasiones un tráfico no inferior al 90% en el canal de subida; ese tráfico correspondía, era fácil saberlo gracias a las luces de tráfico del switch que utilizamos para compartir la conexión, al equipo de ese compañero. Al principio pensaba que podía tener su propio emule funcionando, pero al descartar esto, y comprobar que se generaba tráfico aún cuando éste no estaba utilizando nada en el equipo, empecé a pensar en la posible infección. Además, saber el estado en el que se encontraba ese equipo no hacía más que reforzar mi suposición. [...]