Dentro de poco será mi santo. Como cada año, Ana me ha heho un pequeño regalito. Sin embargo, este año está siendo un poco diferente: no ha tocado ningún libro, ni alguna colonia. Ni siquiera una cena por ahí. Este año, lo que Ana me ha regalado ha sido esto:
Un juego de brocas para el berbiquí (por cierto, ya podrían ir actualizando un poco la definición de la palabra en el DRAE). ¡Diox santo, qué vida más triste!
Por lo menos las brocas son Black & Decker con su estuchito y tal, muy bien presentado. Si hubieran sido de los chinos, habría alcanzado un nuevo hito en la historia de la depresión…