Desde que nos mudamos, de los tres dormitorios que tiene la casa, sólo estaba relativamente acondicionado el principal; otro está habilitado como despacho/leonera, y el tercero, anexo al principal, era una especie de almacén.
Pues bien, este fin de semana estuve en el piso de mis padres de la playa. A ellos les entregaron el piso completamente amueblado, pero el mueble-nido de una de las habitaciones no les acababa de convencer, y este fin de semana aprovechamos, entre otras cosas, para reemplazarlo por un sofá-cama del Ikea. Gentilmente me cedieron el mueble-nido, junto con su mesa a juego, para la casa. Así que esta madrugada, para evitar el atasco, vinimos a Sevilla con Alfa cargado cual si fuéramos marroquíes.
Esta tarde lo hemos estado montando. Ha quedado bastante bien, y nos ha permitido guardar de una manera más digna las cosas que estaban en el “almacén”. El dormitorio, de hecho, está terminado, salvo por las cortinas, la lámpara y el armario (que, de momento, es un perchero con ruedas).
En cuanto a la leonera/despacho, ahí sigue: territorio comanche, con ordenadores destripados y cables por todos lados, así como herramientas varias y demás cachivaches. Tendrá que esperar un poco más.
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