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06 ago 05 Méndez Núñez, capitán de la fragata acorazada Numancia

Hace unos días tenía la oportunidad de visitar en el Museo de Pontevedra la reproducción de la cámara de oficiales de la fragata acorazada Numancia, de la que fue capitán el marino español Casto Méndez Núñez.

La historia de Méndez Núñez y de la fragata acorazada Numancia están ligadas entre sí, así como a la Guerra del Pacífico entre Perú y Chile contra España.

Fragata Acorazada Numancia

La Numancia, el navío de guerra más poderoso de su tiempo, fue construido en los astilleros de la ciudad francesa de Tolón. Desplazaba 7500 toneladas, medía 96 metros de eslora, contaba con una coraza de planchas de hierro de hasta 13 centímetros de grosor y estaba equipada con un motor de 1000 cv de potencia nominales, y 3.700 indicados, con los que conseguía una velocidad máxima de 12 nudos. Su dotación era de 590 hombres. Fue el primer navío acorazado que consiguió circunnavegar la tierra, y jamás conoció la derrota en combate.

El contraalmirante Méndez Núñez

El que llegaría a ser contraalmirante Casto Méndez Núñez nacía en Vigo el 1 de julio de 1824. En el año 1864, siendo ya capitán, le fue encomendada la misión suicida de socorrer a los buques de guerra españoles que se hallaban empantanados en las costas del pacífico sudamericano, durante la Guerra del Pacífico. Pese a que las expectativas eran de lo más negativo (fracasos ingleses y británicos en operaciones de larga distancia con acorazados), el recién nombrado brigadier Méndez Núñez asumiría el mando de la escuadra española y asestaría derrota tras derrota a las tropas aliadas chileno-peruanas, conseguiría intimidar a las escuadras norteamericana e inglesa que se dirigían a apoyar a los aliados, y se distinguiría especialmente en la Batalla del Callao.

Desde el principio, nada más obtenido el mando, Méndez Núñez comenzó a lograr sus primeras victorias en diversas maniobras por el litoral, y pronto alcanzó fama de invencible, especialmente cuando derrotó el 7 de febrero de 1866 a la flota combinada chilena y peruana en el canal de Abato, obligándola a retirarse hacia aguas poco profundas para evitar su total destrucción. Sin enemigos en el mar, Méndez Núñez se dirigió a Valparaíso, comunicando al cuerpo diplomático enemigo, y a las fuerzas neutrales presentes en la zona, que bombardearía la ciudad en el plazo de cuatro días si no se firmaba un acuerdo de paz.

Temiendo el éxito español que podía darle la hegemonía sobre la zona que ansiaban Estados Unidos e Inglaterra, el contralmirante inglés y el comodoro norteamericano intentaron disuadirlo de sus intenciones amenazándolo con la participación de sus poderosos barcos en la defensa de Valparaíso. Méndez Núñez no mostró ningún síntoma de impresionarse por la amenaza, respondiendo que se vería obligado a hundir las dos flotas si se interponían en su misión. Viendo el firme carácter del español, y sobre todo, ante la posibilidad que el Numancia hundiera de verdad sus flotas, el dos de mayo de 1866 tuvo lugar la batalla de El Callao sin la ayuda prometida por Estados Unidos e Inglaterra a la alianza entre Perú y Chile.

Acusado de atacar una ciudad sin apenas defensas el jefe de la flota española se dirigió a El Callao, la plaza costera más fortificada que disponía el enemigo, y el dos de mayo Méndez Núñez se preparó para atacar. Sus enemigos pensaron que el almirante español sufriría una terrible derrota. En El Callao se encontraban 96 cañones, ocho de estas piezas de artillería eran de 500 libras y seis de 300. Los barcos atacantes disponían de 245, siendo el calibre más grande de 68 libras, pero únicamente podían ser usados la mitad debido a que estaban montados a los costados de las naves.

El combate comenzó a las 11 de la mañana. Tras seis horas de duelo artillero la flota española consiguió una victoria completa. Cuando terminó el combate, sólo tres piezas enemigas seguían disparando, la torre blindada de defensa había sido destruida (sobre las defensas de El Callao ondeaban grandes banderas Peruanas, que sirvieron para marcar el tiro español con gran precisión) y el ministro de guerra peruano había muerto. En el bando español sufrieron daños las naves “Berenguela”, “Villa de Madrid” y “Almansa”.. Murieron 43 marinos y 157 resultaron heridos, entre ellos el propio Méndez Núñez.

La fragata “Numancia” arrasó cualquier objetivo de los que se le fijaron. En su afán por acortar distancias llegó a encallar sin dejar de abrir fuego, recibiendo más de 50 impactos que no consiguieron traspasar su blindaje. La nave más poderosa del mundo resultó invulnerable. Tras este combate, la Numancia se dirigió junto con otras unidades hacia Filipinas y no hubo más combates.

La fragata acorazada Numancia acabaría hundiéndose, años después de haber sido retirada del servicio, frente a las costas de Portugal el 17 de diciembre de 1916 cuando era remolcada a Vizcaya para ser desguazada. El contraalmirante Méndez Núñez, uno de los marinos españoles más aptos y competentes de la época, moriría en Pontevedra el 21 de agosto del año 1869.

Para más información:

La invencible fragata Numancia
Fragata Blindada Numancia
La Guerra del Pacífico (1865-1871)

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Comentarios de los lectores

  1. |

    [...] algunos años ya le dediqué un artículo, en el que se narraban sus andanzas al mando de la fragata acorazada Numancia, que desempeñó un [...]

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