Estos dos últimos meses he estado embarcado en un proyecto de restauración que acabo de finalizar. Dado que paso parte considerable de mi tiempo en Galicia, tenía ganas de contar con una bicicleta algo más ligera que mi querida Giant Trance X4. Y tenía claro que quería que fuera una gravel y -en la medida de lo posible- una restauración. Estuve un tiempo peinando páginas de segunda mano, hasta que di con una candidata casi perfecta. Una Super BH L6000 -bicicleta con la que tengo alguna experiencia- que no podía dejar pasar, pero que estuve a pique de hacerlo. Y la razón es que es un cuadro de talla 51, que me queda considerablemente pequeño. Aparte, el estado de la bicicleta era bastante malo, pero con un punto importante a favor: no tenía nada de óxido.
Al final, el propietario, un chaval muy majo, me la acabó regalando, con el compromiso de ponerle al corriente de cómo la iba restaurando. Y es que -me contaba- la tenía desde hacía más de un año en venta, y nadie se había interesado por ella, y estaba ya por echarla a la basura. Dándole las gracias (y habiendo cumplido mi compromiso), acabé trayéndola a casa.
Ya de vuelta en Forcarey, tocó hacer revisión de la bici. Sobre la pintura original habían repintado a mano en oro y rojo, el manillar lo habían cortado para hacer un manillar de paseo, la biela derecha había perdido el pedal (y la rosca), y la izquierda no era la BH original, sino una Shimano de los 90. El desviador trasero estaba bloqueado, y el delantero bastante oxidado, las manetas de freno estaban bastante deterioradas. En cuanto a la parte buena, el cuadro estaba libre de óxido, los frenos Sprint Podium se conservaban bien, la tija y la potencia estaban en buen estado, y las ruedas, con llantas Weinmann, estaban razonablemente bien. El sillín tenía algún agujero en el cuero, pero era algo que se podía volver a retapizar, llegado el caso. Hice un primer trabajo de dejar la bici en el chasis, para tomar decisiones a partir de ahí:
La primera, viendo que los vinilos originales eran irrecuperables, y había algunos daños considerables bajo la pintura oro y roja, fue la de dejar el cuadro en acero desnudo, decapándola del todo. Aquí conté con la impagable ayuda de mi cuñado Fernando, que estuvo algunos días entretenido conmigo, decapando, lijando y limpiando.
Hay que decir que la pintura añadida roja y oro salió facilmente, pero que la pintura original se resistió como ella sola. No hubo manera de hacerlo sólo a base de decapante, sino que hubo que tirar de lija. Pero el resultado fue inmejorable. Tanto, que estuve tentado de simplemente barnizarla y dejarla en color acero.
Finalmente, opté por seguir el plan original, y dejar el color lo más parecido posible al original de BH. Para ello, aplicamos imprimación, pintura plateada y barniz. Fue interesante seguir la evolución de las capas. Y tengo que admitir que en cada paso del proceso me sentía tentado a parar, ya que los aspectos del cuadro seguían siendo estupendos.
Dejamos el cuadro y la horquilla preparados antes de Semana Santa de 2022, y durante 3 semanas dejamos la pintura endurecer. Aparte, tenía que esperar algo de tiempo para que llegaran los componentes nuevos que necesitaba para construir la bici. El primero en ser recibido fueron los nuevos vinilos para cuadro y horquilla, que pude localizar en VinilosBici, una tienda especializada de Alcoy.
El resultado, una vez colocados los vinilos, fue estupendo. También aproveché para limpiar, desoxidar y abrillantar la dirección original, que pude reutilizar. Lo mismo que los puentes de freno. En cuanto al resto de componentes, opté por una restauración agresiva, como indica el título de esta entrada. En concreto, fueron los siguientes:
Acabé de recibir todos los materiales hace apenas unos días, y desde entonces he estado montando la bici poco a poco. El primer lugar las ruedas, que impresionaban bastante con el cassette de 50:
Luego el manillar y el sillín, que quedaban bastante bien en negro sobre el aluminio de la potencia y la tija:
A continuación, frenos y cableado:
…para seguir con las bielas, eje de pedalier y pedales:
La colocación de la rueda trasera y el desviador tuvo algunos problemas. Para empezar, el eje de la rueda trasera era 5mm más ancho que lo que soportaban las vainas. No era sorprendente, ya que la llanta original montaba una corona de 5 piñones, y ahora le estaba intentando montar un cassette de 9. Pero con un poco de persuasión, pude hacer pasar la llanta. El segundo problema, ya comentado, vino por la patilla del cambio. Era necesario hacer uso de un extensor de la misma, para poder colocar el desviador y que no chocara con el piñón grande. Mientras llegaba el definitivo, utilicé temporalmente dos extensores cortos, uno detrás del otro. Además, el desviador quedaba muy pegado al piñón pequeño, además de que el tornillo pasante de la patilla llegaba a tocar con la cadena. Ambos problemas se solucionaron fácilmente con una simple arandela. Pero el principal problema vino porque la patilla del cambio se encontraba algo desviada. Finalmente, sí que había un pequeño daño en el cuadro. Por suerte, ya tenía experiencia con ello, y contaba con una herramienta para medir y corregir la desviación. Una vez corregido todo, la parte trasera de la transmisión quedó como sigue:
Mención aparte merecen algunas piezas especiales impresas en 3D. Una de ellas fue un detalle de la tapa de los puños, meramente estético:
…pero otros han sido funcionales, y relacionados con el cableado del cambio. En primer lugar, el guiacables del eje de pedalier. Esta versión del cuadro traía un guiacables integrado en el cuadro, formado por un trozo de acero con dos pasos para los cables. No me gustaba nada, ya que se veía que arañaba la pintura. Así que opté por imprimir un guiacables, que salvara el original con un bisel. Un resultado estupendo, que pude colocar con tal sólo un poco de cinta de doble cara:
El otro detalle funcional es el tope de cable en el cuadro. Esta bici disponía de cambios en el cuadro, pero como ya he comentado, he optado por llevar el único cambio restante al manillar. En el pasado compré adaptadores STI de Shimano, pero en este caso, al tener que utilizar sólo uno de ellos, me decidí a diseñar uno, sacarlo con la impresora 3D, y pintarlo en el mismo tono del cuadro. El resultado ha sido satisfactorio:
El último detalle, antes de dar por finalizados los trabajos, fue recuperar la insignia original de BH, en vez de colocar el vinilo que venía en el kit. Tuve que repintar los detalle en plata, que se habían perdido, y colocarlos con adhesivo.
El resultado final de la restauración es el siguiente, del que me siento bastante orgulloso:
Para finalizar, aunque el cuadro me queda algo pequeño, al haber colocado el sillín desplazado hacia atrás al tope, y haber escogido un manillar recto, puedo hacer uso de la bici sin mayores problemas. Ahora se trata de hacerle muchos kilómetros.
Etiquetas: gravel, restauración, shimano, sora, super bh l6000, ztto
Hace algunos meses me hice con dos de las bicicletas que marcaron mi infancia y juventud: las dos bicicletas de mi tío Manolo. Se trataba de una bici de carreras, la excelente Super BH L6000 que ya tuve ocasión de restaurar a principio de verano, y una bici de paseo muy especial, una Orbea Luarca de 10 velocidades. Y digo que es muy especial porque es la bicicleta con la que mi padre salía conmigo y mis amigos cuando empezamos a aficionarnos en serio al mundillo de las bicis de montaña en Córdobaa.
La verdad, no puedo casi ni imaginarme cómo mi padre era capaz de mover semejante hierro para subir con nosotros por la Sierra. Y no se trata solamente del peso (que de por sí ya es bastante), sino por el desarrollo tan desemesurado que mueve esa bici, con dos platos cercanos a los 50 dientes y apenas 5 piñones bastante pequeños. Muy apropiados para rodar cómodamente por ciudad, pero no tanto para ir con tres o cuatro fieras con bicis de montaña por la Sierra.
En fin. El caso es que también me hice con ella, ya que mis tíos iban de deshacerse de ambas bicis, y me daba pena que una bici con ese trasfondo emocional para mí se perdiera. Y además, es que -pese a que con mis ojos de chavalillo no lo apreciera en su momento- es una bici con mucho estilo. Así que hace poco me decidí a restaurarla, y a aplicarle algunas pequeñas mejoras para hacer su manejo más agradable, sobre todo teniendo en cuenta que tenía previsto ponerla de nuevo en servicio para ir a rodar con Ana.
La puesta en servicio de la misma ha sido bastante simple, aunque un pelín laboriosa: desmontar pieza a pieza, quitar fundas, cables, patillas de freno, cubiertas y neumáticos viejos, limpiar y desoxidar cuadro y llantas, ajustar radios, poner nuevos fondos de llanta y cubiertas nuevas, además de cableado en general.
En cuanto a las mejoras, no he podido resistirme a hacer algunas:reemplazar el viejo piñon de 5 velocidades por uno nuevo de 7, más cómodo para rodar, y cambiar las manetas de cambio en el cuadro por unas con pulsadores en el manillar. Para ello ha sido necesario conocar unos terminadores de funda en el cuadro, en la ubicación antigua de las manetas. Una lección ya aprendida de la restauración de la Super BH. El cambio de corona implicaba, como ya esperaba, el cambio del desviador trasero, que reemplacé por un Shimano Tourney. Y es aquí donde vino el punto más llamativo de la puesta en servicio:el cuadro Orbea no llevaba el sistema convencional de anclaje enroscado del desviador, sino un agujero pasante de ánima lisa, en el que se introducía un pasante del desviador, que se fijaba con una tuerca. Y que además era más estrecho que la rosca convencional. Eso provocaba que no pudiera colocar el desviador con su configuración original. Por suerte, tenía una solución para ello: la impresora 3D. Así que no me quedó otra que crear un diseño para el adaptador, y colocárselo al desviador. La suerte es que el modelo Tourney, de gama baja, permite eliminar el tornillo roscado, y pude reemplazarlo de manera sencilla por el impreso en 3D. El resultado no fue malo:
Una vez solventado este problema, pude montar de nuevo la bici. El resultado ha sido sumamente bueno, en mi opinión. Los cromados han recuperado todo su esplendor tras haberlos pulido, y he podido quitar la mayoría de los puntos de óxido:
Y aquí algo en más detalle la transmisión con la pieza 3D:
Ha habido algunos componentes que tenía previsto desechar, pero que al final he conservado: los puños de goma del manillar, y el sillín con muelles. Éste último porque es mucho más cómodo de lo previsto, y los puños porque se amoldan mejor al poco espacio que ha quedado en el manillar al subir los cambios desde el cuadro. Y porque, la verdad, tanto uno como otros le dan a la bici un sabor clásico que sería una pena perder. Ahora sólo queda sacarle un poco de partido:
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