El domingo 17 de marzo de 2013 realicé una interesante etapa de entrenamiento con Miguel junto al embalse de La Minilla. En lo que respecta al recorrido, se trató de una repetición de la etapa que hice con Javi y Ana el febrero anterior. Empezamos la etapa sobre las 11:00h, con un retraso considerable con respecto a lo que suele ser habitual, aunque al ser una etapa relativamente corta no iba a tener mucho impacto. En lo climatológico el día estaba bastante feo, amenazando lluvia, y con un viento frío que no presagiaba nada bueno. Y es que las semanas que habían trascurrido desde que estuve en la zona en febrero habían sido excepcionalmente lluviosas (y lo que aún nos quedaría por delante). Esto había motivado que tanto el embalse de La Minilla, junto al que nos encontrábamos, como el de Zufre, aguas arriba, se encontraran repletos, e incluso desaguando.
Así pues, todo el recorrido en dirección norte fue un continuo rodar junto a un embalse repleto, con amenaza de lluvia sobre nuestras cabezas. Y a medida que íbamos acercándonos al puente del Burro, el clima no hacía sino empeorar.
Llegamos al puente con el cielo amenazando tormenta; amenaza que no tardaría mucho en cumplirse. Apenas tuvimos tiempo de tomar algunas fotos, antes de que empezara a descargar. Así pues, tuvimos que recoger bártulos rápidamente.
A la vuelta incluso tuvimos que hacer una pequeña parada en el túnel de ferrocarril existente, ya que lo alcanzamos en uno de los momentos en los que más agua caía. La ventaja es que nos dejó la oportunidad de tomar algunas fotos interesantes.
El resto del recorrido no tuvo ningún percance adicional, salvo más agua, y rodar rápido para llegar pronto al coche. Dimos la etapa por finalizada a las 12:47h.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Ferrocarril del Cala. La Minilla – Puente del Burro
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El sábado 9 de febrero realicé una agradable etapa ciclista por vía verde acompañado de Ana y de mi amigo Javi Morales, que poco a poco va dando pasos en el mundo del ciclismo. Hacía tiempo que Javi me había comentado de volver a salir a rodar un poco, y ese fin de semana me pareció una ocasión ideal. Además, llevaba tiempo con ganas de hacer una etapa de exploración por una zona de la que tenía buenas referencias: el tramo de ferrocarril minero convertido en vía verde que se extiende aguas arriba del embalse de La Minilla. Este ferrocarril no es otro que el ferrocarril del Cala, que permitía transportar a San Juan de Aznalfarache los productos extraídos de las minas de Santa Olalla del Cala, por un lado, y del Castillo de las Guardas y Nerva, por otro. Es un trazado que, un poco aguas abajo, conozco más al detalle, ya que he realizado parte de él en torno a los pantanos de Gérgal y Guillena, y explorado parte entre Santiponce y Guillena.
Así pues, Ana, Javi y yo montamos las bicis en el transportín del Peugeot, y nos dirigimos hasta la cabecera del embalse de La Minilla para empezar nuestra jornada. Yo salí con mi Fuji, Ana con su SanGround, y Javi se equipó con la vieja Conor con la que Jose Jaquotot me obsequió hace ya tanto tiempo, y que utilizo para hacer rodillo y para desplazarme ocasionalmente por Sevilla. Carne de perro. Y con los frenos cristalizados.
Empezamos a rodar a las 10:45h. Salimos de la vieja estación de La Minilla, que se encuentra completamente restaurada, pero sin ninguna clase de uso. Empezamos a rodar en dirección norte por una excelentemente restaurada plataforma, sin restos de balasto, traviesas o desechos ferroviarios, con abundantes cercas de madera que previenen caídas por la trinchera, y en una zona de gran belleza paisajística: junto al pantano, en una zona de auténtico bosque mediterráneo, y con una climatología excelente, aunque hacía algo de frío, pese a lo avanzado de la mañana.
Rodamos a un ritmo bastante vivo -15-16 km/h-, salvando de cuando en cuando alguna cancela que interrumpía el rodar, y pronto llegamos a una pequeña carretera que comunica el pantano con El Ronquillo. Allí nos encontramos a un grupo de pescadores y gente que disfrutaba del sábado en el campo.
Poco después llegamos a una pequeña aldea formada por -literalmente- cinco casas, pero que mostraba signos de tener ocupación, al menos en fin de semana. No en balde nos encontramos varios grupos de paseantes, e incluso unos domingueros que avanzaban en coche por la vía verde, camino de un cercano puesto de barbacoas, emplazado en el lugar de la derruida estación de tren de El Ronquillo. Y así, justo al pasar la estación, llegamos -mucho antes de lo que esperaba- al punto del recorrido que más me interesaba: la bifurcación del ferrocarril. Eran las 11:30h, y apenas llevábamos tres cuartos de hora de pedaleo.
Este era el punto mínimo que me había marcado como objetivo para el día. Como he comentado, el ferrocarril del Cala tenía dos ramales. Uno comunicaba con la zona de Santa Olalla del Cala, en la parte más oriental de la provincia de Huelva, y casi ya lindando con Extremadura. Este es el ramal mejor conservado, y era el que nos disponíamos a seguir. El segundo ramal transcurría por las cercanías del Castillo de las Guardas, y llegaba hasta Nerva, y según he podido ver en mis andanzas, se encuentra en un estado bastante más deteriorado. Y en efecto, como pudimos ver, el puente sobre el río se encontraba cortado, haciendo imposible cualquier tentativa de seguirlo. Al menos, desde el lugar en el que nos encontrábamos, y en esa época del año. Pese a todo, resultaba tremendamente fotogénico.
Como apenas habíamos entrado en calor, no tuvimos otra que continuar, siempre río arriba, para ver hasta dónde podíamos llegar. Apenas unas decenas de metros después el río describió un cerrado meandro, siempre con la vía transcurriendo en paralelo a él. En el vértice de este ángulo salvamos un puentecillo sobre un arroyo tributario del Cala, que marca el final “oficial” oficial de la vía verde. El ferrocarril, empero, continúa, y aunque se nota que el trazado no está tan cuidado, es perfectamente transitable. Y es a partir de este punto donde las cosas se ponen verdaderamente interesantes. Porque, para empezar, hay una panorámica excelente de la península bordeada por el meandro del río:
Pasado el puente, nos adentramos en una zona más agreste, dentro de una finca llamada El Portugués. Allí no tardamos en llegar a un túnel:
…que a la salida nos devolvió de nuevo al cauce del río, que poco antes habíamos abandonado.
Pero nuestro viaje estaba tocando a su fin. Unos centenares de metros después, recorridos en perfecta línea recta, llegamos hasta el puente del Burro. Este puente permite salvar un desnivel de varias decenas de metros sobre el cauce de un arroyo y, aunque su estructura primordial se encuentra en perfecto estado, la pasarela peatonal o las barandillas no lo están tanto:
Así que con una vergonzosa falta de valor, decidimos dar por concluido nuestro avance. Aparte de que ya habíamos alcanzado el mediodía, la hora y cuarto de pedaleo, y quedaba otro tanto de vuelta. Para la vuelta Javi y yo hicimos un cambio de montura, ya que Javi tenía ganas de probar una bici del siglo XXI, y cerciorarse de que valía la pena invertir el dinero en una burra como diox manda.
La vuelta transcurrió sin mayores incidentes. La temperatura, merced a lo avanzado del día, era sumamente agradable, y el ambiente invitaba a terminar la jornada con unas cervezas y un buen almuerzo. Regresamos a la estación de La Minilla a un ritmo bastante alegre, por lo que dimos por finalizada la etapa a las 13:00h.
Regresamos a Santiponce, y tras hablar con Miguel, éste se vino al pueblo, donde rematamos la jornada con una sesión de carnes a la espada en un cercano rodicio brasileño. Una excelente manera de aprovechar un sábado.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Ferrocarril del Cala: La Minilla – Puente del Burro
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