Grabación efectuada el 18 de febrero de 2023 de las Neveras de Fixó, en Forcarey (Forcarei). Realizado con un DJI Mini 3 Pro.
Música:
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Etiquetas: dji mini 3 pro, dron, forcarey, neveras de fixó
El jueves 8 de diciembre, aprovechando el festivo, salí a rodar en una etapa vespertina por las cercanías de Forcarey. Había querido salir a rodar por la mañana, pero el día se había presentado lluvioso, y según la previsión meteorológica la tarde iba a estar mejor que la mañana. Así pues, salí a rodar pasadas las 16:15h, y hasta el momento, la previsión no engañaba. Tenía ganas de ir a las Neveras de Fixó, que recientemente habían sido limpiadas de maleza, y quería ver qué tal se encontraban. Salí a rodar con la Super BH L6000 gravel 2, a la que también había hecho cambios hacía poco: unas pastillas de freno Shimano Ultegra, para intentar mejorar la potencia de frenado, además de restituir las anteriores manetas.
Empecé a rodar subiendo por carretera hasta el desvío de A Ponte, a donde bajé rápidamente. De momento, los frenos parecían comportarse bien, pero sin grandes alardes. Seguí hasta Casanova, y empecé a subir por monte, para pasar por las cercanías de Cachafeiro, pero sin entrar en él. La subida fue ardua, ya que el terreno se encontraba bastante húmedo, pero sin encontrar acumulaciones de barro. No por ello, deja de ser una buena patada en el pecho, con rampas de hasta el 15%. Y ahí fue cuando empezó a llover. Al menos, fue poca cosa, cuestión de unos minutos. Viendo que la cosa no se ponía serie, continué rodando, en vez de dar la vuelta.
Llegué hasta la carretera de Lalín, que crucé, para continuar por asfalto hacia Fixó. Ahí volvió a chispear en algunos momentos, pero nada especialmente molesto. Lo que sí era preocupante es que la tarde no dejaba de estar cubierta, y la luminosidad era algo escasa. Una vez en Fixó, empecé el ascenso hasta las neveras. Con un problema añadido: notaba que el sillín se había desplazado un poco hacia atrás, e iba algo más bajo e incómodo de la cuenta. SIn poder hacer nada, ya que hubiera necesitado una llave fija para poder aflojar la tuerca y ajustar el sillín, no me quedó otra que subir. Los dos kilómetros de subida hasta las neveras se me hicieron pelín largos, pero a la postre se trató de agachar la cabeza, y seguir de frente. Una vez arriba, me encaminé hasta las neveras en sí. El entorno estaba poco más o menos igual, pero la labor de limpieza de las neveras, sobre todo de la segunda, era bien claro.
Aproveché un rato para descansar, y ya de paso tomar unas tomas con el dron de ambas neveras:
Y ahí fue donde empezó a llover de verdad. Nada copioso, pero sí constante. Dejé atrás las neveras, y me dirigió hacia Vilariño. Giré a la derecha por donde se encuentra la señalización para la mámoa que hay entre los generadores. Ese tramo de pista había sido acondicionado recientemente, y me permitió enlazar con la pista de los generadores sin mayor inconveniente. Y una vez en la pista, vi dónde me estaba metiendo.
O no. Estaba en las propias nubes de lluvia, e iba hacia lo peor de la tarde. Pero, la verdad, no me apetecía dar la vuelta. Seguí avanzando hasta dar con un cruce donde había un cazador. Me comentó que por la derecha bajaría directo a Vilariño, mientras que por la izquierda sería algo más largo, y saldría más bien en La Portela de Lamas. Aunque mi idea era ir por la izquierda y explorar una bajada hacia Soutelo, el día no estaba para exploraciones, así que bajé a Vilariño. Y ahí se demostró que los frenos seguían sin estar finos. Con pista mojada y lluvia, la capacidad de frenado se veía bastante disminuida. Aun así, mejor que lo de la vez anterior, pero siguen sin ser completamente confiables.
Según llegué a Vilariño, bajé hasta la carretera. Ahí podía optar por volver por Fixó, pero como ese tramo de carretera tiene mucha subida y bajada, era más rápido seguir a la Madalena, y volver por la carretera de Cachafeiro. Así lo hice. A esas alturas ya había tenido que encender la luz delantera (mi veterana Lupichin). Seguí sin mucho trastorno, aunque sí con bastante agua, hasta Sanguñedo, y desde ahí, continué por la Madalena, pasando junto al circuito, para desembocar en la carretera de Soutelo a Cachafeiro a la altura de Vilar. Desde ahí fue cuestión de volver, prácticamente en suave descenso todo el rato, hasta la Freixeira y Cachafeiro, y por último, enlazar con el Lérez y subir de nuevo a Forcarey. Un par de horas de etapa, donde acabé como una sopa, pero que era exactamente lo que necesitaba.
Datos de la etapa
Etiquetas: cachafeiro, fixó, forcarey, gravel, neveras de fixó
El sábado 28 de abril estuve haciendo una nueva etapa con mi cuñado Slava por las cercanías de Forcarey. Le ha gustado la zona -entiendo por qué- y es agradable tener compañía para rodar por estos lares, así que tras la etapa del fin de semana anterior, no podíamos menos que repetir. De nuevo, salimos por la tarde, y quizás fue el único fallo de la jornada (aunque fallo que no podíamos evitar, ya que tenía unos compromisos en Santiago por la mañana que hacía que no pudiera llegar antes), ya que la tarde se adivinaba calurosa y húmeda, como acabó siendo. Empezamos a rodar al filo de las 16h, subiendo hacia Forcarey, y desde allí girando a la derecha por la carretera de Dosiglesias. Al poco de salir a la carretera, la dejamos por la derecha, tomando la bajada que lleva hasta el río Lérez. Se notaba que había llovido y hecho calor esos días, porque la vegetación había crecido de manera espectacular. Tanto, que me confundí en un tramo de la bajada que andaba comido de maleza, y acabamos en un prado. Vueltos sobre nuestros pasos, continuamos bajando hasta el Lérez, que atravesé sin poner pie en tierra, pero con agua hasta las rodillas. Muy divertido.
Slava cruzó por el paso de piedra, y ya en el otro lado del río, subimos hacia Pontemaril, y desde allí, acometimos la subida hasta el Castro de Loureiro. Nos desviamos y entramos en el castro, para encontrarlo -de nuevo- comido por la maleza. Nada que se pudiera hacer. Volvimos al camino, y desde allí a la carretera. Hicimos la subida hasta Valiñas -dura y calurosa-, y continuamos por el coto, subiendo sin descanso hasta salir a la carretera PO-534. Desde allí giramos a la derecha, en busca de la pista que entra en el parque eólico. La tomamos, y no tardamos en dar con los primeros generadores. Ahí el calor y la falta de vegetación se dejaban notar -al menos, en mi caso - pero estaba siendo una etapa estupenda. Como íbamos bien de tiempo, en vez de dirigirnos hacia la subestación, optamos por ir hacia las Neveras de Fixó. Descendimos un rato por la cresta de la montaña, y llegamos a las neveras, donde paramos un rato.
Reemprendida la marcha, no me pude resistir a que nos desviáramos para ir hasta el mirador de Grobas. Se trata de un mirador desde el que se puede contemplar el valle que excava el río Grobas, y en el fondo del cual se halla la aldea abandonada del mismo nombre. Había estado en la otra ladera, y bajado hasta la aldea, pero no había estado nunca en el mirador. Y ya lo creo que vale la pena.
Tras la parada en el mirador, emprendimos el camino de vuelta. Por no regresar exactamente por el mismo sitio, giramos a la derecha camino de un grupo de generadores. Tuvimos que afrontar una subida técnica y dura, que dio paso a una de las pistas de mantenimiento. Desde allí, acabamos volviendo al camino principal, y esta vez sí, tomamos el camino de la subestación. De acuerdo a lo previsto, nos desviamos a la izquierda, para salir a la aldea de A Noveliza, en una divertida bajada. Allí volvimos a cruzar sobre el Lérez (segunda vez en el día), apenas un hilo de agua, ya que nace justo al lado de la aldea. Tomamos un tramo de carretera hacia A Rochela, que dejamos por la izquierda, en una bajada que lleva hasta un camino que va hacia el monasterio de Aciveiro. Es un tramo muy adecuado para gravel, que algún día tengo que recorrer con la Super BH L6000 de aquí. Cruzamos el Lérez -tercera vez-, y tras un poco de subida, emprendimos bajada, que abandonamos antes del final, para dirigirnos al monasterio por la aldea de Vilaverde.
No tardamos en llegar al monasterio, donde hicimos una breve parada para descansar, y abastecernos de agua, aprovechando que estaba abierto. A esas alturas Slava estaba ya sin agua, y el brebaje que yo llevaba (mi viejo clásico, agua, zumo de dos limones, azúcar y sal) me estaba torturando más allá de lo razonable, ya que no había atinado con las proporciones. Una vez reabastecido, gracias a la amabilidad de uno de los empleados del hotel, seguimos por carretera para pasar junto a Aldón, pasamos de nuevo el Lérez -cuarta vez- por carretera, y acabamos saliendo a la carretera de Silleda. Desde allí, emprendimos el camino de vuelta a Forcarey, que no tardamos en abandonar, a la altura del aerogenerador solitario, por una carreterita a mano derecha. Allí, poco después, tomamos una pista a la izquierda, para bajar por camino hasta Córneas, en una bajada muy divertida. En Córneas tuvimos un percance interesante, al salirnos dos perrazos de una casa. Poco faltó para que se nos echaran encima; en mi caso, tuve que parar, y apaciguar a los perros. Por suerte, no hicieron nada, pero era para haberse llevado un susto.
Retomado el camino, salimos de Córneas a mano derecha, buscando un viejo camino que comunica con Forcarey, y que tuve ocasión de conocer en la bajada que hice por As Rabadeiras hace algunas semanas. Puestos a volver a Forcarey, mejor por sombra y un camino agradable que por asfalto. Y así fue. Volvimos a salir a la carretera de Dosiglesias, y volvimos a Forcarey, dando por finalizada la etapa a las 19:22h, tras algo más de 35 kilómetros de etapa estupendamente aprovechada.
Datos de la etapa:
Etiquetas: castro de loureiro, forcarey, mirador de grobas, monasterio de aciveiro, mtb, neveras de fixó
El sábado 19 de febrero de 2022 realicé una nueva etapa ciclista por las cercanías de Forcarey. Salí un poco pasadas las 9:00h de Forcarey, descendiendo por carretera hasta el Lérez, y subir de nuevo hasta Cachafeiro. Hacía un frío intenso, la temperatura no llegaba a 1ºC, y con la humedad del río se hacía notar aún más. Pasado Cachafeiro, seguí por carretera camino de Fixó, con la idea de subir a las neveras, a donde llegué en torno a las 10:00h. El frío seguía siendo intenso, y pese a no haber nieve porque el día se encontraba totalmente despejado, sí era posible encontrar abundante escarcha.
Y llegados a este punto, hice estreno de la nueva cámara de mejor calidad (me niego a llamarla 4K, por mucho que digan las especificaciones) que recientemente había incorporado a mi dron. El estreno iba a ser bastante bonito:
Terminada la grabación, continué mi camino, ascendiendo por las pistas del parque eólico de Masgalán, camino de enlazar con el monasterio de Aciveiro. La idea inicial ir hasta La Noveliza, y desde allí bajar al monasterio, pero ya que estaba allí arriba, sentí la llamada del Alto de Candán, y no me pude resistir a subir, pese a que el viento se empezaba a hacer notar, cortando de una manera bastante desagradable. Por fortuna, el terreno pronto se puso a prestarme ayuda, haciéndome entrar en calor con rampas del 15% para subir hasta los algo más de 1000 metros de altitud del monte. Una estupenda manera de quitarte el frío, la verdad.
Llegué al alto al filo de las las 11:00h, y fui recibido con algunas flores de hielo repartidas entre la maleza.
Al llegar al pie del vértice geodésico, observé que en una pequeña hendidura natural alguien había depositado algunas banderas. Desconozco el uso o quien las pudo haber dejado, pero no se encontraban en mal estado ni deterioradas. Muy llamativo. Consideré hacer algunas tomas con el dron en el Alto, pero el viento lo desaconsejaba, así que me limité a contemplar las vistas, sacar algunas fotos, y repartir frenadoles a las cabras montesas. Bueno, esto último no, pero con el frío que hacía, no hubiera sido disparatado.
…y es que, aunque el termómetro indicara 3.6ºC, el viento no concedía tregua, y hacía la que el estar ahí se empezara a hacer desagradable. Satisfactorio, pero desagradable. Terminado el rato de descanso, monté otra vez sobre la bici, y me pise a descender hacia La Noveliza. Una bajada rápida y divertida, con apenas una parada para buscar, de nuevo de manera infructuosa, los restos de la Ermita de San Benito que se encuentran en la zona. En fin. Llegado a la carretera, avancé un poco hacia La Rochela, antes de desviarme a la izquierda, y tomar la pista que lleva al Monasterio, pasando de nuevo sobre el río Lérez, apenas un regato, ya que tiene su nacimiento a los pies -precisamente- de la desaparecida ermita. Continué un rato en suave ascenso, y luego en descenso, para desviarme a la izquierda, camino de Vilaverde, y finalmente el Monasterio. Allí empleé un rato grabando con el dron, antes de emprender de nuevo la marcha.
Dejé atrás el monasterio, volviendo un poco sobre mis pasos, para salir a la carretera de Cachafeiro. Seguí un rato por la pista que va en paralelo a la misma, hasta llegar a la altura de una explotación ganadera, donde tomé la pista que desciende hasta Valiñas. Después, llegué a la carretera que lleva a Loureiro, donde me desvié a la derecha, para pasar junto al Castro de Loureiro, y bajar hasta Pontemaril. Pasé por Espindo, y seguí camino de Cachafeiro, hasta llegar a la pista que, a mano derecha, sale hacia Casanova. Pasé por última vez en el día sobre el Lérez, y subí a Forcarey por carretera, a donde llegué a las 12:35, tras haber recorrido algo más de 33 kilómetros.
Datos de la etapa:
Etiquetas: alto de candán, cachafeiro, castro de loureiro, fixó, forcarey, monasterio de aciveiro, mtb, neveras de fixó
El viernes 28 de mayo realicé una etapa con mi cuñado Juan por las cercanías de Forcarey. Salimos pasadas las 17:15h, bajando desde Forcarey a Ponte por el camino viejo. Desde allí fuimos a Casanova, para tomar el camino que sale a la carretera de Cachafeiro. A continuación atravesamos Cachafeiro, haciendo una pequeña parada en el área recreativa de A Freixeira.
Dejamos atrás el área recreativa para dirigirnos por una corredoira hasta Acivedo. Esta corredoira forma parte del camino de la Geira Romana y de los Arrieros, y pese a este detalle, no se encuentra en muy buen estado. Cuando pasamos nosotros se encontraba muy cerrada de vegetación, y con abundante agua corriendo por todo el recorrido de la misma, que en determinados lugares provocaba la existencia de barrizales. Poco antes de entrar en Acivedo nos encontramos con una señora, que nos comentó que ambos problemas eran uno mismo: la falta de gente que mantuviera limpios los caminos y los cauces de agua laterales al camino, que se acababan colmatando y haciendo que el agua corriera sobre éste. Una pena, pero completamente real.
Dejamos atrás Acivedo por carretera, y alcanzamos Vilar. Allí cruzamos la carretera de Soutelo, y empezamos un ascenso hacia Fixó. La idea era tomar poco después un camino para salir de la carretera, pero pudimos comprobar que también se encontraba lleno de maleza, por lo que optamos por seguir por carretera. Una vez ya en Fixó, tan sólo tuvimos que seguir las indicaciones para subir a las Neveras, por una exigente pista que ya había transitado hace unos meses. Una vez llegamos al parque eólico, no tardamos en dirigirnos a las Neveras, donde estuvimos un rato echando fotografías.
Volvimos sobre nuestros pasos, para tomar la pista que asciende a lo alto del parque eólico, con idea de descender luego hacia Loureiro y pasar por su impresionante castro.
…sin embargo, al salir a la carretera de Lalín, nos dimos cuenta de que se nos había echado el tiempo encima, por lo que optamos por recortar. Volvimos a Cachafeiro bajando por la carretera. Una bajada divertida y a gran velocidad. Poco antes de entrar en Cachafeiro, nos desviamos a la derecha, para enlazar con Casanova, y desde allí bajar hasta el Lérez, para emprender la última subida, de vuelta a Forcarey.
Datos de la etapa
Etiquetas: a freixeira, acivedo, cachafeiro, fixó, forcarey, mtb, neveras de fixó