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23 ene 25 Nuevo servidor de virtualización – Configuración de red

Esta entrada es la parte 5 de 6 de la serie Nuevo servidor de virtualización

Una vez realizados los ajustes de configuración del servidor era el momento para pensar en la definición de la red. En principio esta parte tendría que haber sido bastante sencilla: el servidor venía con una interfaz de red de 4 bocas 10/100/1000, además de la iLO. Simplemente tendría que escoger una boca, asignarle direccionamiento IP fijo, y configurar además la iLO para acceder de manera remota en caso de fallo. Simple, ¿verdad? Pues… no. Y es que la tarjeta HP Ethernet 1Gb 4-port 331FLR Adapter, con chipset Broadcom NetXtreme BCM5719 no iba a hacer más que dar dolores de cabeza.

Con la idea anterior en mente, preparé una memoria USB con la última versión de Proxmox VE lista para instalar. El proceso de instalación en sí iba bien, en el aspecto específico de la tarjeta de red la detectaba y dejaba configurarla, pero con la instalación ya completa y usando el kernel específico de ProxMox la tarjeta dejaba de aparecer. Y sin enlace de red un servidor es poco menos que inusable. Probé con versiones algo más antiguas de ProxMox, con resultados incluso peores: ni siquera durante la fase de instalación se detectaba la tarjeta de red.

Por ello, me decidí a dar un paso intermedio: realizar el despliegue de ProxMox no directamente con el instalador, sino instalando una Debian 12 primero, y después realizar la actualización a ProxMox. De nuevo, grabé una memoria USB con una ISO DVD de Debian 12, y realicé la instalación. Como esperaba, con una Debian limpia ésta reconocía correctamente la tarjeta de red 331FLR. Fue en este punto cuando aproveché para realizar la modificación de la iLO mencionada anteriormente. Pero en cuanto realicé el despliegue de la ProxMox (eso quedará para un artículo posterior), la tarjeta de red sencillamente desaparecía.

Tras investigar un poco, pude averiguar que determinadas distribuciones de linux modificadas para propósitos específcos (pfsense, unraid, ProxMox…) presentan problemas con esta tarjeta debido a que tiene determinado firmware propietario que es necesario cargar, y que no está presente fuera de las ramas non-free de Debian. En mi caso, como había instalado indicando de manera específica que quería hacer uso de fuentes non-free, era por lo que había podido hacer uso de la tarjeta con el kernel convencional. Pero en cuanto desplegué el kernel específico de ProxMox, ésta dejó de funcionar.

Así que no me quedó otra que hacerme con otra tarjeta de red PCI Express para instalar en el servidor. Conseguí una tarjeta de red con chipset Intel, igualmente de 4 bocas a giga y, en cuento se la instalé, el sistema la reconoció, pude configurar la red, y acceder de manera remota al servidor. Lo curioso del asunto es que la tarjeta 331FLR también pasó a ser mostrada correctamente por el sistema, y de manera completamente funcional:

Configuración de red en mi servidor ProxMox

Configuración de red en mi servidor ProxMox

…pero en cuanto retiraba la nueva tarjeta, la 331FLR también desaparecía. Así que no me ha quedado otra que dejar ambas tarjetas, con lo que dispongo de 8 bocas de red giga en mi nuevo servidor.

En cuanto a la configuración de red en sí, la opción de configuración más adecuada para mis propósitos era definir un bridge linux, que contendrá la configuración de red, de tipo estático, de la red a la que esté conectado el servidor, de tal manera que las máquinas virtuales también tengan direccionamiento de red en la red de datos de casa, sin tener que aplicar NAT. Esto fue lo que hice, configurando como puerto del bridge la boca de red donde tengo conectado el cable que va al switch físico.

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20 ene 25 Nuevo servidor de virtualización – Preparación del hardware y encendido básico

Esta entrada es la parte 2 de 6 de la serie Nuevo servidor de virtualización

A la hora de recibir el servidor, lo primero fue realizar el proceso de conexionado hardware básico. Si bien el servidor en sí venía montado, los discos venían aparte. Se trataba de 4 discos de 2 TB cada uno a 7500 RPM. Los discos, que eran genéricos y no específicos de HP, venían junto con 4 caddies, de tal manera que se pudieran conectar en caliente, como es habitual en este tipo de servidores.

Servidor HP ProLiant DL360p Gen8 LFF

Servidor HP ProLiant DL360p Gen8 LFF

Así que el primer paso fue atornillar cada disco a su respectivo caddy, e insertarlo en su correspondiente bahía. El servidor es un HP Proliant DL360p Gen8, con 4 bahías de tipo LFF, por lo que con esos 4 discos quedaban todas las bahías completas. Con ello era posible configurar un volumen RAID5 con 3 discos de datos y 1 de paridad, para un total de 6 GB de espacio en disco, gracias a la controladora de disco P420i integrada.

Resuelto el tema del montaje, tocaba plantearse la conectividad. Los servidores Proliant Gen8 disponen de sistema de control remoto mediante iLO, con su tarjeta de red separada. El servidor, además venía con una tarjeta integrada 331FLR 10/100/1000 de 4 puertos. Mi planteamiento era configurar una de las bocas para la conectividad de red convencional, y la iLO, para poder administrar el servidor de manera remota.

Una vez hecho esto, tocaba arrancar. El servidor disponía de dos fuentes de alimentación, pero para el arrancado básico me bastaba con uno. Enchufé, arranqué, se iluminó el led de estado del servidor, lo pulsé… y se inició un festival de luces. Pero el servidor no arrancaba. O mejor dicho, arrancaba, ponía los ventiladores al tope, y se paraba. Estuve un buen rato como loco hasta que, después de enchufar y arrancar su buena media docena de veces, resultó que… el servidor arrancó solo. Y es que estaba siendo muy, muy impaciente. Este tipo de servidores tienes que dejarlos tranquilos, que hagan su proceso de autodiagnóstico, y ellos se encargan de arrancar por sí solos cuando han terminado de hacer lo que tienen que hacer. Sólo se trata de ser pacientes.

En paralelo, había estado intentando acceder a la iLO, que sí había encendido correctamente. Pero mi gozo en un pozo. Le habían cambiado la contraseña y no coincidía con la etiqueta de acceso a la misma con la que venía el servidor de fábrica. Así que tocaba resetearla. Pero mientras me había fallado el encendido por mi impaciencia, no me había sido posible acceder. Pero una vez encendido, era cuestión de entrar en el menú de la UEFI, y ejecutar el procedimiento para restablecer la iLO 4 desde la Utilidad de Configuración de iLO 4:

  • Reiniciar o encender el servidor. Pulsar F9 en la pantalla POST del servidor. Se inician las Utilidades del Sistema UEFI
  • Desde la pantalla de Utilidades del Sistema, seleccionar Configuración del Sistema > Utilidad de Configuración de iLO 4 > Restablecer iLO. La Utilidad de Configuración de iLO 4 pedirá seleccionar SÍ o NO. Seleccionar SÍ y pulsar Intro.
  • iLO pedirá confirmar la solicitud. Pulsar Intro.
  • La iLO se restablece y todas las conexiones activas finalizan. Si se está gestionando iLO de forma remota, la sesión de consola remota finaliza automáticamente.
  • Cuando se restablece iLO, la Utilidad de Configuración de iLO 4 no estará disponible de nuevo hasta el próximo reinicio. Reanudar el proceso de arranque. Pulsar Esc hasta que se muestre el menú principal. Seleccionar Salir y Reanudar Arranque en el menú principal y pulsar Intro.
  • Cuando se le solicite confirmar la petición, pulsar Intro para salir de la utilidad y reanudar el proceso de arranque normal.

Con ello, quedó restablecida la iLO, y pude continuar con el proceso de configuración básica del servidor.

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19 ene 25 Nuevo servidor de virtualización – Introducción

Esta entrada es la parte 1 de 6 de la serie Nuevo servidor de virtualización

En las últimas semanas he estado realizando una serie de cambios bastante importante en mi sistema informático. Desde hace muchos años tengo desplegado en casa un servidor que históricamente ha contenido mi sitio web, pero que con el paso del tiempo ha ido ganando en funcionalidades: domótica, servicio de mensajería, automatización, almacenamiento, VPN, streaming de vídeo… Todo empezó en la Universidad, con unas prácticas de alguna asignatura que ni siquiera recuerdo, pero ha persistido con el paso del tiempo.

En un momento dado tuve una serie de sistemas aislados que complementaban al servidor: un Mini-ITX, un par de Raspberry Pi, una Asus Tinker Board, una NAS… Pero con el paso del tiempo fui simplificando. Un paso trascendental fue la consolidación de las máquinas físicas separadas en un único servidor de virtualización. Para ello escogí realizar un despliegue de ProxMox, virtualización basada en KVM, pero que proporcionaba una interfaz de usuario vía web bastante amigable, lo que hacía la administración del entorno fuera sencilla. Para ello utilicé un viejo PC de oficina con un procesador Intel y 4 GB de RAM. Todo bastante ajustado para contener tres máquinas virtuales: un frontal web NGINX que además desplegaba un servidor MQTT y VPN, un backend con el servidor web WordPress, securizado por el frontal antes comentado, y una máquina separada para el entorno de domótica. Durante años ha funcionado bien, pero hace unos meses el servidor, ya veterano cuando lo desplegué, empezó a presentar fallos hardware. El principal fue que se estropeó uno de los módulos de RAM, quedando reducida la cantidad disponible a 3 MB. Además, presentaba fallos de encendido en caso de que se fuera la luz, lo que hacía que la recuperación del sistema fuera bastante complicado.

Ante ello, decidí renovar el hardware, para lo que me puse a mirar precio de módulos RAM para añadirle el módulo faltante al PC, y también precios de PCs nuevos. Tanto lo uno como lo otro tenían precios elevados (la RAM por tener que adquirirla a través de Ebay y sitios así), y el PC nuevo por el hecho de comprarlo nuevo. Y en ello andaba cuando se me ocurrió una idea disparatada:

Servidor HP Proliant DL360p Gen8

Servidor HP Proliant DL360p Gen8

Hacerme con un servidor. Uno de verdad. No un viejo PC reconvertido. Un ser-vi-dor. Y resultó que la idea no era tan disparatada. Encontré un servidor HP DL360p Gen8 con doble fuente de alimentación, dos procesadores de 12 núcleos cada uno, 96 GB de RAM, 4 discos de 2 TB a 7200 RPM y controladora RAID, 4 puertos de red a giga, y un año de garantía por la ridícula cifra de 100€. Resultaba que la idea no era tan disparatada. Así que me hice con él. Pero es un servidor, claro. Está optimizado para el rendimiento. Y eso suele tener algunos problemillas cuando lo metes en una casa. Y no es el menor de ellos el que puede ponerse a sonar como un MIG 21 despegando.

Estas semanas he estado lidiando para poner el servidor de manera funcional, adaptarlo a un uso doméstico, volver a instalar un entorno de virtualización, y migrar las máquinas desde el viejo servidor. Por el camino he aprendido una serie de cosas bastante interesantes, y creo que vale la pena recopilarlas por si a alguien más le resultan interesantes, así que espero escribir unos cuantos artículos al respecto.

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