El domingo 3 de abril de 2016 volví a salir a rodar con mis amigos cordobeses. Aprovechando una visita a Córdoba para la boda de mi prima Lourdes, así como una semana de vacaciones para resolver algunos asuntos en Sevilla, no iba a dejar pasar la oportunidad de volver a rodar por mi querida tierra cordobesa. No en balde estuve dando la lata a mis amigos durante más de un mes para organizar la salida. Y tras unos cuantos dimes y diretes, al final acabamos saliendo a rodar el domingo, en mi caso con unas breves horas de sueño tras la boda de Lourdes.
Quedamos a las 10:00h cinco BartoCalvos: Javi Aljama, Ángel, Mané, Inma (que se nos uniría más tarde, junto al Club de Golf) y yo. Salimos desde el Vial Norte. Era la primera vez en tres años largos que salía a rodar con Ángel, y eso ya era también algo digno de celebrar. Y con nueva montura: una excelente Ghost que le compró a Paco Herrera, en un estado excelente, y con muy poco uso. Javi vino -tarde, como suele- también con su nueva Slash de carbono. Un gran día.
Empezamos a rodar a eso de las 10:25h. Salimos de Córdoba por el Puente Romano del arroyo Pedroche, y subimos por la senda del Camino Mozárabe hasta la Carrera del Caballo. Ángel iba avisando de que estaba desentrenado, pero no paraba de tirar, como en los viejos tiempos. Yo, por mi parte, me encontraba mucho mejor de lo que esperaba con la Ghost, habida cuenta de la juega y las pocas horas de sueño, y el estar ahora más acostumbrado a rodar distancias cortas con la plegable. Pero no iba mal la cosa, nada mal.
Subimos la Loma de los Escalones, a un ritmo relajado, pero sin pausa. En mi caso, me sentía cómodo rodando, y el entusiasmo por encontrar por paisajes largamente añorados me ayudaba a disfrutar de cada pedalada. Así, poco a poco Javi y yo nos fuimos separando, para acabar llegando destacados a Doña Enriqueta. Allí, reconstruido el grupo, volvimos a seguir con el ascenso, siempre por el trazado del Camino, hasta llegar a Arrastraculos. Nuevo reto. Y de nuevo, superado con éxito, con mi segundo mejor tiempo histórico de esa pared. Si es que cuando digo que me encontraba cómodo, no es por decir.
Pero se nos estaba haciendo tarde. Habíamos quedado con Inma a las 12:30h en el Club de Golf, rondábamos ya el mediodía, y aún no habíamos llegado a Cerro Muriano. Bajamos a toda velocidad, y allí Ángel decidió seguir hacia el Club de Golf por carretera, y Mané, Javi y yo nos quedamos para hacer un pequeño tentempié.
Tras la breve parada seguimos los pasos de Ángel, y empezamos el ascenso al Club de Golf por carretera. La idea era llegar cuanto antes, para luego, si había ganas, seguir por la Pasada del Pino hasta Las Jaras. Pero por lo que estaba pudiendo ver, iba a ser demasiado para la burra. Se estaba haciendo tarde, y la gente no estaba aún en forma para una etapa con tanta exigencia.
Al poco nos encontramos los cinco. Una buena subida por carretera, tras la que decidimos recortar un poco la etapa. Tomamos el GR-48 para ir al Lagar de la Cruz. Disfrutamos de un buen tramo XC, en el que empezamos a ver nubes que amenazaban el final de etapa.
Una vez en el Lagar, hicimos una parada para tomar unas buenas cervezas, disfrutadas en mejor compañía, y decidimos dar por finalizada la etapa, ya que el día se estaba poniendo bien feo, y era ya bastante tarde.
Ángel, merced al estado un tanto precario de sus frenos, decidió bajar a Córdoba por carretera. Inma estaba al lado de casa, y Javi, Mané y yo nos decidimos por Los Morales, pero haciendo la King-Kong, recientemente abierta. Dicho y hecho, según bajábamos, empezó a chispearnos, pero no era nada que no pudiéramos afrontar. Bajamos el primer tramo de Los Morales, y luego enfilamos para la King-Kong. Y lo que Javi nos había contado de ella no era -ni mucho menos- una exageración. Un tramo salvaje, abierto a puro huevo, y con un estremecedor salto de 2 metros precedido por un palé. Espectacular.
El resto de la bajada tampoco desmerecía. Terreno virgen, recién abierto, con mucha tierra suelta y algún que otro susto. Pero sumamente divertido. Acabamos saliendo de nuevo a Los Morales, y terminamos de bajar por Sansueña. Allí Mané y yo nos separamos de Javi, y volvimos a la Asomadilla. Una etapa algo más breve de lo que me hubiera gustado, pero de la que disfruté cada segundo. ¡Gracias a los que la hicieron posible!
Los datos de la etapa son los siguientes:
Elapsed Time | Moving Time | Distance | Average Speed | Max Speed | Elevation Gain |
---|---|---|---|---|---|
00:00:00 | 00:00:00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 | 0.00 |
hours | hours | km | km/h | km/h | meters |
Etiquetas: arrastraculos, carrera del caballo, córdoba, cerro muriano, gr-48, king-kong, lagar de la cruz, loma de los escalones, los morales, mtb
El pasado 21 de abril dos miembros del Club Bartocalvos MTB disputaron la IX Maratón MTB Sierra Morena: Ángel y Marcos. Dos auténticos héroes, y unos verdaderos valientes. Así que el resto de los miembros del club decidimos salir a apoyarles en su magna epopeya. Yo, por pi parte, aunque hubiera querido participar, al coincidir la Maratón con el día de mi cumpleaños, no me parecía adecuado perderme todo el día por ahí, dejando a mi familia plantada, así que en su momento tomé la decisión de no participar. Lo que sí hice, en compañía de Kike, fue salir a rodar para ver la salida de la Maratón, y luego contemplar el paso de los participantes en un lugar señero del recorrido: el vado del arroyo Bejarano.
Así pues, los miembros del club quedamos en el Vial a las 9:30h, para acompañar en la salida a Maros y a Ángel.
La multitud de participantes era abrumadora: 1200 personas, entre ciclistas y fondistas a pie, que habían salido a las 9:00h, a fin de permitir una salida escalonada con respecto a los ciclistas, que empezaban a las 10:00h.
La maratón empezó con cierto retraso, debido a la gran cantidad de gente congregada, pero una vez dada la salida, los corredores salieron como demonios.
Nosotros, por nuestra parte, salimos algunos minutos después del gran grupo. Tomamos la avenida de Santa María de Trassierra, con la idea de subir a la Sierra por Montecobre. A la altura del Canal nos volvimos a encontrar con el grupo, cuyas primeras unidades ya habían realizado el circuito por el Patriarca, y enfilaban el Canal, camino de la vereda de la Canchuela. Allí vimos a un primer accidentado, que había sufrido una caída en la bajada del Patriarca al canal, y se encontraba cubierto de sangre, con cortes en brazos, piernas y cara, aunque aparentemente sin lesiones graves. Cruzamos el canal en cuanto el paso de corredores nos lo permitió, y seguimos ascendiendo en busca del camino que lleva directamente hasta el Puente de Los Nogales, a fin de no coincidir por la carrera en el tramo del Canal.
Llegamos por carretera hasta el cartel indicador del Puente de Los Nogales, y giramos a la izquierda, para dar a la vereda de Trassierra a la altura del antiguo matadero. Desde allí ascendimos hasta las inmediaciones de la Finca de La Gitana, de cara a iniciar el ascenso de Montecobre. En esa zona nos encontramos con los fondistas de la Maratón, que, por su parte, realizaban el ascenso a la Sierra por la Vereda de Trassierra.
Por nuestra parte, subimos Montecobre, y cruzamos la carretera, para continuar ascendiendo en dirección a la Casa de la Ventana, y la Torre de las Siete Esquinas. Una vez sobrepsada ésta, continuamos subiendo hasta el Mirador de las Niñas, donde coronamos a las 11:22h. Para llegar de la manera más rápida posible al Bejarano, atravesamos la urbanización Torrehoria por la pista de cemento que lleva directamente al camino que conduce al Lagar del Caño del Escarabita. Allí nuevamente nos encontramos con los fondistas, quienes estaban a punto de llegar a la zona de avituallamiento del Lagar del Caño. Para nuestra sorpresa, llegamos al avituallamiento, vimos cómo llegaban a él algunos ciclistas de la Maratón. Era increíble: habían recorrido el Canal, subido La Canchuela, enlazado con Trassierra por el GR-48, y enlazado por la Fuente del Elefante en el mismo tiempo que nosotros habíamos tardado en ir casi directos. Era casi inhumano.
Dejamos atrás el punto de avituallamiento, y nos encaminamos hacia el Bejarano. Hasta allí fuimos rebasando fondistas, y siendo rebasados por ciclistas de la Maratón, hasta que finalmente llegamos al vado, a las 11:40h, donde nos dispusimos a ver pasar a los participantes.
Éramos un buen puñado de gente los congregados en el lugar. Una bonita, aunque breve, bajada por bosque de ribera, al final de la cual se vadeaba el arroyo Bejarano, y justo tras la cual había que realizar un giro de 90º a la izquierda, y pasar por una estrecha portela, en subida, para seguir en paralelo al Bejarano, camino de la Vereda del Vado del Negro, y la bajada a Los Arenales.
Marcos, con el número 58, fue el primero de los nuestros en aparecer, sobre las 12:25h.
Ángel, por su parte, con el 214, pasó en segundo lugar, sobre las 12:55h.
Una vez pasó Ángel, Kike y yo reanudamos nuestra marcha. Seguimos avanzando por el GR-48, hasta llegar al Lagar de la Cruz, a eso de las 13:30h. Se nos hacía tarde, y nos planteamos bajar a Córdoba por carretera. Pero estando allí, la tentación de bajar por Los Morales era demasiado fuerte. Así que acabamos tirándonos Morales abajo, aunque hicimos al final el trazado alternativo que lleva más cerca del hospital. Finalmente, enlazamos por la Huerta de Hierro, y bajamos por la Calle Sansueña. Llegué a casa a las 13:55h, justo para ducharme y ver el Gran Premio de Fórmula 1.
Por su parte, Ángel y Marcos tuvieron desigual suerte en la Maratón. Nuestros amigos, que los esperaban en la bajada del Ánker, vieron bajar a Marcos en primer lugar, pero con mucha expresión de sufrimiento. en efecto, acabó padeciendo la visita del tío del mazo, y tuvo que abandonar a la altura de la Virgen de Linares. Ángel, por su lado, merced a un ritmo más constante, empezó a remontar posiciones desde la Loma de los Escalones, subiendo de manera brutal la cuesta de Arrastraculos.
…para acabar entrando en meta tras 7h 10m y 31s de carrera. ¡Un héroe!
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Montecobre – Bejarano – Los Morales
Etiquetas: berajano, córdoba, gr-48, los morales, maratón mtb guzmán el bueno, montecobre, mtb
El domingo 7 de abril realicé mi primera salida en Córdoba tras las etapas realizadas por el Camino Mozárabe. Después de varias semanas, por fin volvía a salir en una etapa de montaña en condiciones, y el objetivo marcado era muy especial: subir a Torreárboles, la cota más alta de Sierra Morena en las inmediaciones de Córdoba. Así que con ese objetivo partimos pasadas las 9:00h Mané, Antonio y yo.
Cruzamos el parque de la Asomadilla y ascendimos por el Barrio Naranjo. A continuación tomamos el antiguo trazado del ferrocarril de Almorchón, y cruzamos el arroyo Pedroche por el Puente de Hierro, que se encontraba perfecto para la ocasión: húmedo y resbaladizo.
Tras cruzar -a pie- el Puente de Hierro, nos encaminamos hacia la Carrera del Caballo. Cruzamos la N-432, y por carretera subimos hasta la Virgen de Linares. Y desde allí, afrontamos la subida de la Loma de los Escalones. Dura, como siempre, pero en la que me sorprendí afrontando bastante bien -mejor que nunca, de hecho- los primeros tramos de roca viva.
Subimos sin mucha novedad, pese a lo húmedo de la caliza, la Loma. A continuación seguimos ascendiendo por el Camino, para desembocar en la subida de Arrastraculos, que hicimos también sin poner pie en tierra. Estaba siendo una mañana memorable. Desde lo alto de Arrastraculos descendimos a toda velocidad hasta Cerro Muriano, donde hicimos una parada para tomar un desayuno.
Una vez terminada la pausa, nos encaminamos hacia nuestro verdadero objetivo: Torreárboles. Volvimos sobre nuestros pasos, siguiendo las marcas del GR-48, hasta llegar a las inmediaciones de la cuesta de Arrastraculos. Desde allí seguimos las marcas, hasta que las perdimos, justo ante una cancela que obstaculizaba el paso por un camino. Bordeamos la cerca, y seguimos por la pista que transcurría a los pies de Torreárboles, rodeando el cerro. Unos 1500 metros después de la cancela, y tras hacer realizado un pequeño descenso, llegamos a una intersección del camino. Tomamos el camino de la derecha, que en una brutal subida de algo menos de 500 metros, con rampas del 15’9% nos llevó a una valla, donde volvimos a encontrar las marcas blancas y rojas del GR-48.
Dado que habíamos rodeado el cerro, y que habíamos perdido las marcas, decidimos subir por el sendero que bordeaba la verja, y en el que vimos la marca del GR, hasta lo alto de Torreárboles. Fue una subida criminal, en la que ya no sólo no fuimos capaces de ir sobre la bici, sino que en la mayoría de los tramos apenas éramos capaces de tirar de ella en la subida. Fueron 400 metros de locura, hasta coronar Torreárboles. Eran las 12:15h.
Nos quedamos un rato contemplando las vistas, y cuando íbamos a realizar el descenso, nos encontramos con una pareja de la Guardia Civil. Les preguntamos acerca del camino, para resolver dudas de si habíamos ascendido por el sitio correcto, y nos comentaron -cosa que ya conocíamos- que había problemas de paso con el dueño de una finca colindante. De hecho, ellos se encontraban allí para hacer seguimiento de una excursión del grupo A Desalambrar, a los que, en efecto, vimos realizando la ascensión. Amablemente, nos comentaron que la bajada señalizada transcurría pegada a la cerca. En efecto, justo antes de la verja que anteriormente habíamos visto me había parecido observar que había un sendero que ascendía junto a la valla, pero lo había descartado, al parecerme demasiado abrupto.
Así pues, tomamos el camino de descenso, pasando junto a las antenas de telecomunicaciones. El sendero era estrecho y a tramos peligroso, con saltos grandes sobre piedra viva, pero la mayoría del tiempo podía realizarse bien en descenso. Sin mucha novedad llegamos hasta la cerca anterior, y desde allí nos dirigimos a la ermita de Nª Sª de los Pinares. Se nos había hecho tarde para subir Los Villares, por lo que optamos por volver a Córdoba por la vía rápida: Morning Star y Loma de los Escalones.
Bajamos a un ritmo razonable -más tranquilo en mi caso- el Morning Star, con Mané y Antonio a la cabeza. Pese a bajar más relajado, aun así acabé con la manos llenas de arañazos (¡y eso que llevaba guantes largos!). Posteriormente salimos al tramo antiguo de la N-432, y desde allí ascendimos hasta la curva del Frenazo. A esas alturas de la jornada llevábamos una palicilla considerable, así que bajamos sin muchos trámites la Loma de los Escalones. Posteriormente, tomamos la carretera hasta llegar a la Carrera del Caballo, y descendimos hasta el club Asland por el tramo abandonado de la N-432. Junto al club nos despedimos de Antonio, que volvía a su casa por la Joroba de Asland y el Vial Norte, mientras que Mané y yo nos dirigimos a la Asomadilla, enlazando a través de la obra abandonada de la Ronda Norte. Por último, cruzamos el parque de la Asomadilla, para llegar a nuestras casas al filo de las 14:00h. Me había notado en un estado de forma excelente, y como en un momento dado le dije a Mané, tras el Camino, notaba que me faltaban kilómetros por hacer.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Loma de los Escalones – Cerro Muriano – Torreárboles
Etiquetas: arrastraculos, córdoba, cerro muriano, gr-48, loma de los escalones, mtb, torreárboles
El sábado 17 de febrero, tras un periplo de algunas semanas sin ir por Córdoba, volví a salir a rodar con mis compañeros bartocalvos. Aunque en esta ocasión fue una salida multitudinaria, pues además de algunos integrantes del club (Kike, Mané, Javi Balaguer y yo mismo), salieron también con nosotros algunos conocidos (Chicote, Carbonell, Luis y otros), hasta alcanzar la impresionante cifra de diez personas en la salida. Incluso nos acompañó Birra, la perra de Carbonell.
Empezamos la etapa poco después de las 9:00h. Aunque la idea era no efectuar una etapa excesivamente exigente, empezamos con una buena manera de abrir boca: los Morales. Y como suele pasarme cuando vuelvo de Sevilla, empecé cebándome demasiado en la subida. Abrí fuego con algunas de las primeras rampas, lo que no estaba mal, pero tenieno en cuenta que me había abrigado más de la cuenta (tres capas de ropa térmica de invierno, guantes de neopreno, etc…) pronto empecé a sudar la gota gorda. Y en la primera de las paredes exigentes de Los Morales estaba ya con un calentón digno de mejores circunstancias. Lo malo es que había empezado a marearme. Así que opté por bajar un poco el pistón, recuperar el estado de ánimo, y descolgarme un poco para hacer de enlace con los rezagados, para no reventar a las primeras de cambio.
Por otro lado, teníamos una primera hora límite para subir Los Morales: Marcos y Ángel, en su entrenamiento para la Guzmán, llevaban desde las 8:00h dando pedales, y habíamos establecido un punto de encuentro en el Lagar de la Cruz a las 10:00h. Íbamos con algo de retraso. Así que tras superar la primera de las rampas duras de Los Morales, realizamos el resto de la subida a un ritmo razonablemente ágil. Aun así, no llegamos al Lagar hasta el filo de las 10:30h. A esas alturas, Ángel y Marcos ya habían estado allí, nos habían esperado, y se habían ido para no enfriarse.
Nosotros, por nuestra parte, hicimos una parada para comer algo, y a las 10:45h reanudamos la marcha. Tomamos el GR-48 para bajar a Las Jaras. Pero, a diferencia de lo que solíamos realizar, no abandonamos el GR-48 para entrar en Las Jaras pegando al embalse, sino que lo seguimos estrictamente, cruzando por encima de un puente medio derruido, y bajando por un sendero bastante estrecho por la margen derecha de la carretera. Pasamos junto al enlace con la vereda de Linares, y bajamos hasta la entrada de Las Jaras. Allí tomamos la vereda de la Pasada del Pino. Empezamos a ascender en dirección hacia el club de golf. Aunque la presencia del agua se dejaba notar, no se encontraba tan enfangado como cuando pasamos, en dirección contraria, a finales de diciembre. Así pues, llegamos a las inmediaciones del club de golf. Tuvimos que hacer una pequeña parada, pues Birra se había quedado atrapada entre dos cancelas, y no pudo seguirnos.
Una vez resuelto el incidente, terminamos de realizar el ascenso al club. Coronamos la subida al filo del mediodía, y una vez allí, tomamos la decisión de por donde volver. Aunque a priori se había hablado de realizar un descenso por Los Morales, a la hora de la verdad se decidió hacer una bajada por Avionetas Express. Dicho y hecho, hacia allá que nos encaminamos. Sin embargo, realizar esa bajada no era plato de buen gusto para todo el mundo, por lo que el grupo se partió en dos. La parte mayoritaria bajamos por Avionetas Express, y los más prudentes lo hicieros por Avionetas Normal, con la idea de reintegrarnos en la casa derruida que se encuentra a las espaldas de Santo Domingo.
Avionetas Express es una bajada por un cortafuegos brutal y peligrosa, con abundante piedra suelta y bastante traicionera. Y pese a todo, es sumamente divertida, aunque suele propiciar que la gente se pegue unos leñazos fenomenales. Y esta partida no fue una excepción. Carbonell sufrió abundantes percances, lo que, yendo con una rígida no cabe menos que calificar como una proeza, y Chicote sufrió también alguna caída que pudo ser bastante grave. Pero la piña de la jornada, más por aparatosa que por grave, la sufrió Javi Balaguer, que se salió del cortafuegos para acabar deteniéndose contra un pino. Todo ello, por suerte, sin consecuencias relevantes. Por mi parte, y ya habiendo rodado por Avionetas Express con una rígida, me lo tomé con calma con la doble equipada con la Sektor, por lo que no tuve incidentes, aunque realicé a pie más tramos de lo que sería de desear.
Llegamos a la casa derruida a las 12:45h. Nuestros compañeros se reincorporaron, tras haber sufrido también algún leñazo, pocos minutos después, y afrontamos la última parte de nuestra etapa. Vadeamos el arroyo Barrionuevo, y bajamos por la trialera, a toda velocidad, hasta llegar al arroyo Pedroche, primero, y hasta Puente de Hierro, después. Una bajada sin más inconvenientes, salvo el hecho de que al llegar a la fuente de la Palomera varios de los integrantes del grupo quedaron regazados, así que no quedó otra que reencontrarnos en el final de etapa, en el bar Chin, donde nos encontramos con lo más granado del ciclismo de montaña cordobés. Una excelente etapa, con un éxito de asistentes, y un gran final.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Los Morales – GR48 – Pasada del Pino – Avionetas Express
Etiquetas: arroyo pedroche, avionetas express, córdoba, gr-48, lagar de la cruz, las jaras, los morales, mtb, puente de hierro, vereda de la pasada del pino
El martes 28 de agosto, ya de vuelta en Córdoba, volví a salir con mis compañeros de aventuras y desventuras ciclistas. Venía pletórico de las etapas malagueñas, por lo cual una salida del club iba a ser algo que no pensaba perderme por nada del mundo. Y encima, teniendo en cuenta que iba a ser una de las salidas más multitudinarias en las que había participado, ya que saldríamos Ángel, Kike, Mané, Javi Aljama, Javi Balaguer y yo.
Salimos del Cámping a las 18:45h. Un poco tarde para lo que teníamos previsto, pero que ayudó a compensar el calor del día. Subimos por la Cuesta Negra para posteriormente enlazar con la subida de Santo Domingo. Abandonamos la carretera a la altura de las Salesas y nos encaminamos hacia el mirador de San José. Sin embargo, nos desviamos por una pista alternativa que pronto nos condujo hasta el comienzo del sendero local de Santo Domingo, a cuya urbanización llegamos a las 19:25h.
Desde allí nos decidimos a subir el 14% por carretera, y para ello, nada mejor que enlazar por la cuesta de “Los Morares” hasta el repetidor de la carretera. Esta vez la subida, al no ir morados, no fue tan divertida, aunque sí igualmente exigente. Kike incluso se marcó la heroicidad de superar el primer tramo de piedra tomando carrerilla y a toda velocidad, algo que no hubiera considerado posible de no haberlo visto.
Una vez en la carretera, empezamos a subir. Poco a poco el perfil fue haciendo criba, y no tardé en encontrarme en cabeza, gracias entre otras cosas a mi querida Larsen TT de 1.9” y al duro entrenamiento que entre Ángel y Málaga había sufrido en las etapas anteriores. Acabamos llegando todos al cruce del 14% al filo de las 20:00h. A esas alturas de la tarde se nos estaban acabando las opciones. La luz empezaba a declinar, y teníamos que decidir rápidamente por dónde bajar. Y tomamos la decisión equivocada: bajar Los Postes.
Tomamos, por tanto, el GR-48 en paralelo a la carretera de los Villares, hasta llegar a las cercanías del club de golf. Allí giramos a la derecha, para ir a la subestación de bombeo del gasoducto, que marca la brutal bajada de Los Postes. Y ahí empezó la debacle. Los especialistas en descenso (Mané, Ángel, Kike), afrontaron la bajada en excelentes condiciones. Ambos Javis lo hicieron con un magnífico aplomo. Y yo, por mi parte, lo hice como pude, hasta que me di cuenta de que me había quedado sin freno trasero. No frenaba: la maneta llegaba hasta el puño, y no disponía más que del freno delantero para no acabar con los dientes en un cucurucho. No me quedaba más remedio que bajar con calma.
Seguimos bajando por Los Postes hasta tomar el desvío a la derecha que lleva, por una estrecha senda, hasta la Meseta Blanca. Pero en vez de llegar hasta la Meseta, optamos por bajar por una torrentera que conduce directamente hasta el cortijo en ruinas de Barrionuevo (Muros). Sin embargo, tuvimos que hacer una parada inesperada debido a un pinchazo en la rueda trasera de Kike. La tarde empezaba a echársenos encima, aunque nos permitía tener una excelentes vistas del atardecer.
También aprovechamos para inmortalizar la salida, algo que hasta ese momento aún no habíamos hecho en condiciones:
Reanudada la marcha, dejamos atrás Muros y bajamos a toda velocidad por la trialera. O al menos a toda la velocidad a la que podíamos ir sin estamparnos en la oscuridad contra un alcornoque, ya que al ir por el fondo de un estrecho valle la luz que aún quedaba del día era considerablemente reducida. Pese a todo, llegamos sin novedad hasta Puente de Hierro, desde donde hicimos la subida por la pista convencional, en donde dí un nuevo arreón, porque, pese a todo, me encontraba pletórico de energía. Desde allí nos dirigimos al Barrio Naranjo, separándonos de Ángel y Kike, que tuvieron que volver a sus casas. Los dos Javis, Mané y yo compramos unas cervezas, y fuimos a mi casa a hacer un tercer tiempo de la etapa, algo que fue tremendamente de agradecer.
Los datos de la etapa son los siguientes:
Y aquí está el enlace al recorrido de la etapa: Santo Domingo – 14% – Los Postes
Etiquetas: 14%, córdoba, gr-48, los postes, mtb, puente de hierro, santo domingo