El cuarto día de nuestro viaje a Irlanda subimos al Norte. Visitamos a mi prima Lourdes y a su novio Andy en Belfast, y tras almorzar un excelente estofado irlandés -cortesía de Andy- continuamos nuestro camino hacia el norte, hasta llegar a La Calzada del Gigante. Se trata de una extraordinaria formación de basaltos, que han conformado una serie de columnas verticales hexagonales (principalmente), además de excavar un paisaje arrebatador. Y para colmo, tuvimos un tiempo excepcional, que tuve la suerte de poder plasmar en imágenes.
No podría quedarme sólo con uno de los sitios que visitamos en Irlanda, pero La Calzada del Gigante estaría muy, muy arriba en mi lista personal. Y no me cabe duda de que volveré a visitar la casa de Finn McCool…
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