El sábado 21 de mayo hice una etapa ciclista por el entorno de Forcarey, con la interesante novedad de que lo hice acompañado. Mi cuñado Slava, que tenía bastantes ganas de salir por esta zona, me propuso salir a rodar, y no pude menos que aceptar. El día, en principio, no parecía el más propicio, ya que se habían anunciado tormentas en la zona, pero al final resultó ser bastante bueno, ya que el cielo estuvo cubierto toda la tarde, apenas nos cayeron unas gotas (salvo al final, que nos cayó un chaparrón bien curioso), y nos libramos de tener calor o mucho sol.
Como decía, salimos a rodar por la tarde. Empezamos la etapa pasadas las 16:45h, y salimos de Forcarey en dirección a la Chamosa. Slava me había pedido hacer una etapa bonita, y decidí componer un recorrido con algunos de los puntos más interesantes de las cercanías de Forcarey. Lo de las cercanías fue sobre todo por la amenaza de tormenta, por lo que había priorizado sitios cercanos, de los que podríamos volver rápidamente en caso de tormenta fuerte. Empezamos descendiendo a la cascada de La Chamosa por Tras do Lombo, que tiene algunas bajadas y subidas bastante divertidas. Tras parar en la cascada, subimos a la Chamosa por la calzada de piedra, para desde ahí salir a la carretera, y seguir hacia O Salgueiro. Allí continuamos por el Camino Miñoto, pasando por el tramo de camino de piedra, y después la dura subida por asfalto hasta el observatorio.
Desde el observatorio, giramos a la izquierda para tomar la pista que lleva hasta A Mámoa, un tramo bien divertido, que conjuga pista de tierra, un descenso por grava, el vadeo del arroyo que forma la cascada, y después una subida sostenida por antiguo camino hasta A Mámoa. Allí enlazamos con el Camino de los Arrieros, para bajar por pista hasta Puente de Gomail.
Desde el puente, subimos por la corredoira hasta Gaxín, para allí seguir por carretera a través de Cachafeiro, para llegar hasta la zona recreativa de la Freixeira. Paramos un rato para reponernos del esfuerzo, y continuamos por el Camino, siempre en dirección contraria. Éste, que había sido limpiado hace algunos meses, empezaba a estar otra vez comido de vegetación. ¡Es lo que tiene Galicia!
Salimos momentáneamente a carretera, para volver a tomar la pista, en un primer tramo con bastante barro, y posteriormente con una subida interesante, y algo más de vegetación. Salimos a Vilar, y allí giramos a la derecha por carretera, para pasar junto a Fontela y Acivedo, y seguir hasta dar con la carretera que lleva a Forcarey, a la altura de la cementera. Desde allí bajamos a Vilariño, para seguir por el antiguo camino empedrado hasta el Puente de Parada. La bajada estaba algo peor de lo que recordaba, y entre eso y la humedad de las lloviznas, hacía que fuera bastante peligroso, así que tuvimos que bajar un rato a pie, hasta las cercanías del puente, donde hicimos una nueva parada.
Cruzamos el puente, y subimos hacia Parada. La subida, aunque muy técnica, estaba mejor que la bajada desde Vilariño, y pudimos hacerla casi entera sobre la bici. Desde Parada emprendimos el retorno a Forcarey, que ya fue todo por carretera. Salimos a la carretera que va de Forcarey a Folgoso, y emprendimos la vuelta, pasando por Barciela y Murada. Fue el tramo que más nos llovió. De hecho, desechamos parar en Barciela, y volviendo del tirón a Forcarey, a donde llegamos a las 19:40, con casi 28 kilómetros de etapa, que fue bien interesante, y mejor disfrutada.
Datos de la etapa:
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El sábado 2 de abril realicé una etapa por la tarde por varias parroquias de Forcarey y Cerdedo. Ya iba siendo hora de estirar un poco las piernas, y tras un día bastante ajetreado, no iba a dejar pasar la oportunidad de rodar en una tarde estupenda, aunque algo fría y con bastante viento. Salí un poco antes de las 18:30h, tomando la carretera de la Chamosa, para pasar por O Salgueiro, y realizar la subida dura del observatorio. Ese es un tramo del Camino Miñoto Ribeiro, que fue limpiado hace algunos meses, pero que vuelve a estar con algo más de vegetación de la cuenta. Veremos a ver cuánto dura abierto.
Una vez en el observatorio, tomé la pista que lleva hacia A Mámoa. A la altura del cercado de las vacas se encontraba con bastante barro, lo que me obligó a echar el pie a tierra un par de veces. Desde A Mámoa subí por carretera al Monte da Lagoa, y pasé por la derecha junto a la antena de comunicaciones. Desde allí realicé un descenso bastante divertido hasta las cercanías de Moureira, desembocando en la carretera EP-7106. El día aún tenía bastante luz, así que decidí dirigirme al puente romano de Parada, y desde allí tomar la congostra que sube hasta Vilariño de Cerdedo, que sabía que me tomaría un buen rato si estaba tan cerrada por la vegetación como la vez anterior que pasé por allí. Decidido el rumbo, dejé la carretera, pasé Moureira y Parada, y no tardé en encontrar la bajada al puente. Si bien el comienzo se encontraba tan roto como la primera vez que bajé, cuál sería mi sorpresa, al llegar a las cercanías del puente, de encontrar que se había realizado un arduo trabajo de limpiado del camino y del entorno del puente. ¡Lucía estupendo!
Pasé por encima del puente, y vi que la otra ribera del río también había sido limpiada, así como la congostra que sube hasta Vilariño. Eran muy buenas noticias.
Visto esto, me decidí a explorar un poco por el cauce del río, por el sendero que (en teoría) sube hasta Forcarey bordeando el Lérez, y que la vez anterior se encontraba impracticable. En esta ocasión pude ver que -si bien no se había limpiado- había un sendero claro que seguir. No tardé en llegar al regueiro de la Freixeira, que se encontraba amansado con un paso de piedras, y explotado por diversos molinos abandonados.
Había sendero, una vez al otro lado, pero no era claro que se pudiera seguir de manera mínimamente razonable en bici, así que opté por dar la vuelta y dirigirme a Vilariño. El camino, en efecto, había sido limpiado, pero seguía siendo difícil para subir por él en bici por la abundante piedra suelta. En cualquier caso, era mejor que casi tener que abrirse el paso a machetazos, así que seguía siendo una mejora apreciable.
Una vez en Vilariño, crucé la carretera de Forcarey, pasé por la cementera, y subí por carretera a Acivedo. Allí tomé el Camino de la Geira Romana, y por congostras llenas de agua empecé el camino de vuelta. Llegué al área recreativa de la Freixeira, y desde allí continué por carretera, primero a Cachafeiro, y por último a Forcarey, a donde llegué al filo de las 20:30h. Una buena etapa para estirar las piernas.
Datos de la etapa:
Etiquetas: a freixeira, a mámoa, acivedo, cachafeiro, camino de geira y de los arrieros, camino miñoto, forcarey, mtb, parada, puente romano, vilariño
El sábado 26 de junio realicé una etapa ciclista en Forcarey que he venido en denominar como “De Castro a Castro”. Se trató de un recorrido circular que enlazó Forcarey con el Castro de Loureiro, para desde allí ir al Castro de Garellas, y retornar a Forcarey por el recientemente limpiado Camino Miñoto de Santiago. Salí de Forcarey al filo de las 9:00h, por carretera en dirección a Dosiglesias. Seguí la carretera hasta llegar a las cercanías de Ponte Maril, en donde tomé una pista que bajaba hasta el vado del río Lérez.
Por segunda vez en dos días, me vi metido en las frías aguas del Lérez. No puedo decir, en ninguno de los dos casos, que fuera algo accidental, si bien no calculaba que el río iba a llevar tanta agua y tener unas piedras tan grandes precisamente en el vado. Aun así, la cosa no tuvo mayor trascendencia. Pasado el Lérez, transité junto al área del campamento juvenil, para tomar el camino que sube al Castro de Louireiro. Como de costumbre, no pude resistirme a entrar en el castro.
De nuevo en la carretera, giré a la derecha para dirigirme hacia Loureiro, población que atravesé, tomando la carretera secundaria que sube hasta la carretera de Lalín y, posteriormene, una pista a mano derecha que sube hasta el parque eólico de Lamasgalán.. Un ascenso desde el castro de 4,5 kilómetros sostenido, duro a ratosy que me llevó a la cota máxima de la etapa, situada a 845 msnm.
Una vez en el primero de los generadores, mi idea era tomar la pista de mantenimiento de los mismos para ir hasta las neveras de Fixó, y continuar desde allí hasta Vilariño, pero quise explorar una pista que surgía a mano derecha, y que en teoría llevaba al mismo sitio sin tener que subir hasta la cresta de la montaña, y que en realidad me acabó llevando casi al fondo del valle, hasta Millarada.
Una vez abajo, y de nuevo en la carretera, seguí por la misma hasta después de Fixó, y desde allí, tomé la carretera que lleva hasta Garellas. Apenas a 200 metros de tomado el desvío, se llega al Castro de Garellas, cuya silueta inconfundible destaca a mano derecha de la carretera.
Al igual que en el caso de Castro Louireiro, no pude resistirme a explorarlo un poco.
Tras volver a la carretera, continué en bajada hasta Garellas, donde hice una breve parada junto a la Ermita de San Antonio, para beber un poco del agua que mana de la fuente que hay cerca de la misma.
Tras dejar atrás Garellas, tomé la carretera de Cachafeiro, con el objetivo de volver a Forecarey haciendo uso del trazado del Camino Miñoto de Santiago, que como decía más arriba, había sido limpiado y señalizado recientemente. No era la primera vez que recorría ese trazado. Ya en la etapa del 14 de febrero de 2021 lo había recorrido, si bien en sentido inverso, y había podido experimentar la pena de que lo que parecía ser un camino estupendo se encontrara completamente devorado por la maleza. Por fortuna, esta vez sería distinto. Tomé la carretera en sentido hacia Cachafeiro, y no tardé en encontrar las flechas que indican el Camino, si bien es cierto que se nota que están pensadas más para ser seguidas por peregrinos a pie que por alguien que vaya en bici. El tamaño y la ubicación de las mismas no es precisamente el mejor, la verdad.
A apenas 1 kilómetro desde Garellas, se toma a mano izquierda una pista que se adentra en la espesura. Curiosamente, es uno de los tramos menos limpios de como ha quedado el Camino Miñoto.
Pero una vez dentro, la cosa camina. A unos 100 metros se ha de girar a la derecha, y el camino cambia completamente. Lo que antes era una maraña de zarzas, era ahora un estupendo camino entre cercas de piedra, estupenda para andar por ella, y algo fastidiosa para rodar, porque tras la poda no se retiran los restos de la misma, que forman una alfombra mullida en el camino, que hace que la bici se enganche algo más de lo normal. En cualquier caso, era una delicia comparado con la vez anterior que pasé por allí.
Desde este punto tuve un rodar excelente hasta la Freixeira, que no pude menos que dejar inmortalizado:
Ya en la Freixeira, paré un momento para tomar unas fotos de la zona.
…antes de volver a Forcarey. Tras pasar Cachafeiro, opté por tomar una senda a mano derecha que lleva directamente hasta Casanova, y desde allí bajar por el tramo de carretera vieja hasta el Lérez. Como de costumbre, ya sólo quedaba realizar la subida por carretera a Forcarey para dar por finalizada la etapa.
Datos de la etapa
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