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De hecho, el mero acto de abrir la caja determinará el estado del gato, aunque en este caso los tres estados determinados en los que podía estar el gato eran: Vivo, Muerto y Jodidamente Furioso
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02 may 05 Crónica del viaje a Málaga

Lo conseguí. Viaje a Málaga, y burra nueva. Pero empecemos por el principio. Salimos para Málaga Ana, Pablo y yo algo pasadas las ocho de la mañana. Decidí ir por la A-4 hasta Écija, desde allí a Osuna, y llegar a Málaga por la A-92. Un poco más largo, pero casi todo el rato por autovía.

Me enterneció, despues de tantos años, volver a ver la silueta del Indio, cerca de Antequera:

El Indio
Como dato, esta peña se conoce como La Peña de los Enamorados.

Tras un viaje tranquilo y agradable, en el que el tráfico era bastante escaso pese al puente, llegamos a Málaga. Como hombre previsor, había tenido la precaución de calcular la ruta completa hasta la tienda gracias a la página de Campsa, y felizmente llegamos hasta la puerta de la tienda.

La tienda, para ser exactos, no está en Málaga capital, sino en una pedanía absorbida por ésta llamada Puerto de la Torre. La verdad es que la impresión que daba la sede de Ciclos Hobby no podía ser más desesperanzadora: tres casuchas del año del pan, unidas entre sí, y sin otra decoración que graffitis con las marcas de productos ciclistas allí puestos a la venta. Pablo, Ana y yo nos miramos (recíprocamente) y se podía ver a las claras que habíamos pensado lo mismo: vaya antro.

Impresión equivocada. La tienda, efectivamente, consiste en tres casas unidas entre sí. En la entrada tienen expuestas algunas bicis, y gran cantidad de recambios y accesorios, pero la verdadera sorpresa viene cuando pides ver las bicis. Te hacen pasar a la trastienda, sales a un patio donde hay una nave, y allí en la segunda planta de ésta es donde se encuentra la verdadera exposición: decenas de bicis esperando un dueño.

Tras un rato de recoger la baba, empezamos a preguntar por precios. A los tres nos había llamado la atención una bici de montaña, negra y roja, preciosa; una auténtica virguería. La sorpresa vino cuando el dependiente nos dijo el precio: 560€. Parecía que me hubiera hecho una radiografía para ver cuánto dinero exacto llevaba encima. No cupieron dudas. Esa bici iba a ser para mí. Aquí está:

Mi nueva bici

Sin embargo, como la bici no era de mi talla (una 17”, y yo uso una 19”), tuvimos que esperar un rato a que me montaran una para mí. Una horita y media después, tiempo en el que no paró de entrar gente (y de salir bicis), tenía en mis manos mi nueva montura. Tuvimos que componérnosla bastante bien para colocar la burra:

La bici en el coche

Las dos de la tarde estaban a punto de marcarse en el reloj. Decidimos, aprovechando que tenía las llaves del piso de mi abuela en Torrox, comprar algo de comer en un supermercado cercano e ir a Torrox a echar la tarde. Dicho y hecho; tras comprar, y unos 50 km. de autovía, llegamos a Torrox-Costa. Un tranquilo almuerzo y, a eso de las cinco de la tarde, a la playa.

Fue divertido ver la cara de Ana cuando se encontró con la arena de Torrox: -Es negra-, dijo con estupor. Sí, efectivamente. Y gracias a eso, quema como ella sola. Cosa que establece un curioso contraste con lo fría que está el agua. Aun así, no me quedé sin bañarme, al igual que Pablo, mientras que Ana se quedaba dormitando en la esterilla. Volamos, o más bien intentamos, la cometa de Pablo, si bien infructuosamente, y al filo de las seis de la tarde, recogimos. Aún quedaban 250 km. hasta Córdoba. Ducha, y al coche.

La vuelta, igualmente muy tranquila, decidí hacerla por la carretera de Málaga (supongo que en Málaga la llamarán la carretera de Córdoba), más que nada por volver a coger la recta de Antequera, e incluso adelantar, lo que no deja de tener mérito teniendo en cuenta que íbamos tres en un Ford Fiesta ya bastante baqueteado.
Fue una buena opción la de venir por esta carretera. Ya desde Lucena (donde pudimos ver la silla más grande del mundo) hasta Aguilar de la Frontera hay autovía, por lo que el viaje se hace muy agradable.

Llegamos a Córdoba rozando las nueve de la noche. Y al cabo del rato, a ver las Cruces de Mayo.

Un día muy bien aprovechado. :)

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Comentarios de los lectores

  1. |

    [...] Hace un par de fines de semana tuve un problema con el veterano desviador delantero de la Fuji, un Deore que era el original de fábrica de la bici (momento remember). [...]

    Responder a este comentario

Deje un comentario en Nuevo desviador para la Fuji | El Laboratorio del Dr. Yuri







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