El pasado 2 de octubre Ana y yo nos fuimos a rodar un poco con dos buenos amigos: Jesús y Carmen. Hace algunos meses Jesús se unió al grupo de ciclistas que solemos salir a rodar por Sevilla, y en un rapto de locura, consiguió meter a Carmen en el vicio de la bici. Pese a alguna que otra desventura que a punto estuvo de costarle su recién estrenado matrimonio. El caso es que hemos acabado saliendo varias veces a rodar los cuatro por ahí, y le hemos cogido el gusto.
Hacía ya unos cuantos meses -desde el inicio del verano- que no salíamos a rodar juntos, y el primer fin de semana de octubre nos pareció un día propicio para acabar con esa mala racha. Y para que la nueva toma de contacto no fuera demasiado dura, pensamos que la Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla era el recorrido ideal. Así que ese domingo agarramos los coches y allá que nos fuimos, hasta la estación de Cazalla-Constantina, que es donde la vía verde tiene su inicio.
Empezamos a rodar a las 10:05h. Un poco tarde para lo que me gusta, pero teniendo en cuenta que acabábamos de hacer un trayecto de 90 minutos por carretera de montaña, no podíamos pedirle mucho más a la situación. El comienzo no fue tan sencillo como había esperado. No había ningún tipo de indicación de vía verde en la estación de tren. En realidad, no había ni aparcamiento propiamente dicho, por lo que tuvimos que aparcar los coches en una zona de barbacoas del Parque Natural de la Sierra Norte, que se encuentra a un kilómetro de la estación. Así que lo primero que hicimos fue volver en bici a la estación, y desde allí tomamos una carretera que transcurre en paralelo a la vía del Sevilla-Mérida, y que discurre junto al río Huéznar. Recordaba haber leído que se podía tomar la vía verde a un centenar de metros de la estación, siguiendo por esta carretera. Sin embargo, no encontramos nada que hiciera pensar que allí había una vía verde, tan sólo otra zona de esparcimiento del río, llamada Isla Margarita. Algo me indujo a pensar que atravesando el río y al otro lado de la isla podríamos empezar la vía verde, pero pronto deseché esta idea. Error, como veríamos más adelante.
El caso es que seguimos por la carretera SE-7101, en suave ascenso, durante 5 kilómetros, hasta que al cruzar un paso a nivel sobre la vía férrea, dimos con el inicio de la vía verde. Entonces quedó claro. Ese era el punto donde realmente empezaba la antigua vía minera sobre la que ahora se ha construido la vía verde. Al entrar en la vía encontramos un cartel en el que se indicaba que se había hecho uso de una vereda pecuaria para proporcionar un enlace entre la estación de Cazalla-Constantina e Isla Margarita con el comienzo de la vía verde… por la otra ribera del río.
Una vez que entramos en la vía verde propiamente dicha -a las 10:40h-, empezamos a rodar de manera mucho más cómoda. La vía verde tiene una longitud de 18 kms. hasta el Cerro del Hierro, con una pendiente media del 2%. Se encuentra completamente acondicionada, y cuenta con un firme de asfalto con una capa de un material que de la un aspecto terrizo para integrarla en el paisaje, y que le confiere una textura similar a las pistas de fútbol sala. El rodar por ella era una auténtica delicia, aunque un tanto aburrido para mi gusto.
Sin embargo, el espléndido paisaje compensaba con creces lo monótono de la superficie: la vía transcurre por el valle del río Huéznar, y durante todo el trayecto se circula por un auténtico vergel. A ratos te encuentras en un bosque de ribera, para sumergirte poco después en tramos de bosque mediterráneo y en tramos de auténtica dehesa. En cualquier caso, una auténtica gozada. Habíamos escogido bien. Y para mi sorpresa, durante el recorrido empecé a ver las marcas blancas y rojas de un sendero de Gran Recorrido. Sorpresa que creció aún más al ver el identificador en uno de los postes: GR-48.1
A 8 kilómetros del comienzo de la vía verde, y justo tras cruzar el único túnel de todo el recorrido, llegamos hasta San Nicolás del Puerto. Es un pequeño pueblo serrano en el que tiene su nacimiento el río Huéznar. Allí paramos, junto al nacimiento, para hacer un breve descanso, en el que dimos buena cuenta de unas barritas de cereales que -en mi caso- eran algo sospechosas, ya que llevaban en mi mochila un tiempo indeterminado. El caso es que al abrirlas no me saludaron ni echaron a correr, por lo que estimé que se encontraban en un estado saludable para ser ingeridas. Hasta el momento no he notado ningún efecto secundario.
Una vez finalizado el descanso, un poco antes del mediodía, abandonamos el nacimiento del Huéznar y nos reincorporamos a la vía verde. La vía verde empezó a girar en dirección este; hasta el momento, habíamos seguido hacia el norte por el curso del río. De acuerdo a los mapas, pronto íbamos a girar en dirección sur, hasta el impresionante Cerro del Hierro. Notamos cómo el paisaje empezaba a cambiar de nuevo. Dejamos definitivamente atrás el bosque de ribera encajonado en un estrecho valle, y nos adentramos de manera definitiva en la dehesa ganadera. El valle se abrió considerablemente, y durante algunos momentos parecía que rodáramos por una meseta más que por mitad de Sierra Morena. La vía verde poco a poco empezó a girar hacia el sureste, y finalmente al sur, justo al llegar a la primera muestra -excepción hecha de la vía- de que estábamos en una zona minera: una enorme escombrera formada por escoria de la explotación minera.
Pasamos junto a los restos ruinosos y abandonados del edificio de la mina -donde para nuestra sorpresa vimos un cercado de animales domésticos entre los que se encontraba un venado- y llegamos al pequeño pueblo minero de Cerro del Hierro. La vía verde estaba llegando a su fin. Dejamos atrás el pueblo de Cerro del Hierro, y nos encaminamos hacia la recta final de la etapa, que distaba apenas medio kilómetro: el final de la vía verde, y la entrada a Cerro del Hierro. Eran las 12:15h.
Sólo quedaba dar la vuelta, ¿no? Pues no. Aunque no lo teníamos previsto, nos dimos cuenta de que Cerro del Hierro era un lugar de visita turística. Y ya que estábamos allí, bien valía la pena echar un rato y un vistazo a la mina. No nos equivocamos en la elección. Cerro del Hierro es una antigua mina a cielo abierto explotada en mitad de una zona kárstica, de roca caliza rica en minerales de hierro. El comienzo de la explotación data de fechas anteriores a la romanización, y se extiende hasta mediados del siglo XX. La zona está declarada monumento natural por su valor geológico y paisajístico.
Así pues, ascendimos hasta la entrada de la mina, y contemplamos la zona desde uno de los miradores. Era sencillamente increíble:
Jesús y yo no nos pudimos resistir a explorar un poco más la zona, mientras Ana y Carmen descansaban un poco. Tomamos uno de los caminos que se adentraban en la mina, que pronto encontramos cortado por un par de cadenas. Ni cortos ni perezosos las saltamos, entrando en la cantera a cielo abierto. No mucho después encontramos la explicación del corte: parte del camino, aquella que cruza sobre un túnel de explotación, está sufriendo derrumbes, que amenazan con tragarse todo el camino.
Pero ya que estábamos allí, no íbamos a achantarnos por algo como eso. Cruzamos la zona de derrumbe, y entramos en la zona de explotación. Estuvimos curioseando un poco, y poco después volvimos con nuestras señoras.
Iniciamos la vuelta a las 13:00h. Teníamos por delante casi 20 kilómetros de pedaleo, aunque esta vez contábamos con la considerable ventaja de hacerlo en descenso. Pese a que el desnivel era bastante pequeño -2% de media- pronto empezamos a notar que el magnífico firme de la vía verde nos permitía alcanzar velocidades de crucero cercanas a los 30 km/h. Nos detuvimos de vuelta en el poblado minero tan sólo para echarnos unas fotos junto a una curiosa iglesia minera, con aspecto auténticamente inglés. Y es que no en balde en el siglo XIX la mina había sido explotada por una compañía británica.
Seguimos rodando a una velocidad inusitada, y antes de las 13:30h ya estábamos de vuelta en San Nicolás del Puerto, donde nos detuvimos un instante para tomar unas fotos del túnel.
De nuevo en ruta, continuamos el descenso a velocidad de crucero. Volvimos a entrar en el bosque de ribera, y no pudimos menos que parar otra vez a echar unas fotos en un tramo de bosque en galería, justo a la altura del puente de la vía verde sobre el río Huéznar.
Llegamos al inicio de la vía verde al filo de las dos de la tarde. Esta vez optamos por tomar el enlace con Isla Margarita siguiendo una vereda pecuaria que va paralela al río por su margen izquierda, aunque un tanto separada del río, por lo que nos encontramos de nuevo en una zona de dehesa, fuera de la cobertura vegetal del bosque de rivera. Era impresionante cómo había tanta diversidad de paisaje en apenas unas decenas de metros. Y así, tras dos kilómetros de circular en paralelo al río, llegamos a un cruce de caminos magníficamente indicado.
Giramos a la derecha, en dirección a Isla Margarita, y volvimos a adentrarnos en el bosque de ribera. La etapa estaba llegando a su fin, y tengo que admitir que estaba disfrutando como un enano.
Un par de kilómetros después llegamos a Isla Margarita. En efecto, era el final del tramo de enlace con la vía verde. Y al otro lado de la isla estaba la carretera que habíamos tomado al inicio de la etapa. Cruzamos la isla, nos echamos una foto junto a una estatua de un pescador, y afrontamos los últimos metros de nuestro recorrido.
Llegamos a la zona de barbacoas donde habíamos dejado los coches a las 14:20h. A diferencia de la mañana, en la que la zona estaba desierta, multitud de campistas, excursionistas en general y domingueros -en el más estricto sentido de la palabra- habían tomado la zona, y se encontraban disfrutando de una agradable comida en el campo. Nosotros teníamos idea de comer en Santiponce los cuatro, pero visto lo que habiamos tardado en llegar a la zona, nos decantamos por comer en Cazalla de la Sierra, que a la sazón es el pueblo natal del padre de Jesús. Y así, tras un par de pequeños percances (una pasada de la salida adecuada en la carretera, un restaurante donde consideraban más importante tener durante media hora una mesa vacía reservada que atender a más clientes), encontramos una pequeña tasca donde tapeamos la mar de a gusto. Una bonita excursión con un más que razonable colofón.
El recorrido de la etapa en Google Maps es el siguiente:
Ver 2011/10/02: Vía Verde de la Sierra Norte de Sevilla en un mapa más grande
Los datos de la etapa son los siguientes:
Etiquetas: cazalla de la sierra, cerro del hierro, gr-48, mtb, sevilla, sierra norte de sevilla, vía verde, vía verde de la sierra norte de sevilla
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