Desde luego, hay que ver lo que es la vida: durante toda la vida de dios se han hecho las migas a la vieja usanza: coger pan duro, dejarlo remojar en agua para que se ponga blandito, y luego, al perol de migas, con sus ajos ya un poco fritos en buen aceite de oliva, para posteriormente añadir la panceta y el chorizo y tal. Y mucho remover, con paciencia, calma, y ritmo, para que no se peguen y salgan ricas. Un plato de los de toda la vida, vaya. Unas dos o tres horitas, si el número de gente es medianamente considerable.
Y lo que son las cosas: hoy en día vas al supermercado, y en el estante de los productos refrigerados te encuentras un paquetito de migas precocinadas, que tan sólo tienes que agujerear en su parte superior y meter en el microondas durante unos cinco minutos. O, si te gusta más un poco el cacharreo, echarlas en una sartén con un poco de aceite y salpicarlas con un poco de agua para que no salgan muy secas, y removerlas bien para que, como en el caso de la receta tradicional, no se peguen.
Es un avance, desde luego, porque encima salen buenas. Y sólo tardas cinco minutos en hacerlas. Sin embargo, tienen un grave problema con respecto al sistema tradicional. Al hacerlas como toda la vida, durante dos o tres horitas, con cariño, con calma, esta limitación hace necesaria que las migas sean un plato para comer durante el día, como almuerzo. Sin embargo, al preparar las migas precocinadas no adquieres el conocimiento sobre el plato y la humildad que requiere el otro método. Y puedes caer en la herejía de tomar unas migas camperas para cenar.
Pocas veces en mi vida he pasado una noche peor. Escuchad al tito Yuri. No cenéis migas camperas. Por vuestro bien.
Si el Laboratorio del Dr. Yuri hubiese iluminado mi mente hace tres años, me habría ahorrado yo también una noche de pesadillas inducidas por las dichosas migas xDDDDD
Si es que tiene razón mi madre: “El microondas es un invento del demonio”
Mmm… interesante es saber que no soy el único que sufre el síndrome de las noctumigapesadillitis aguda. Pero no lo achaques sólo al microondas, que yo las hago en la sartén. Esos inventos del siglo XX aún no han llegado a mi piso de Sevilla… ^_^