21 abr 10 El rodillo

Hace algunas semanas hice algo que debería haber hecho desde que empezó a llover, en este invierno tan insólitamente húmedo que hemos tenido (y que, en realidad, llevaba algunos años con ganas de hacer): comprar un rodillo para hacer entrenamiento de bici bajo cubierto. El modelo elegido fue el Tacx Satori:

Rodillo Tacx Satori

La verdad, la idea que tenía en mente cuando me decidí a comprar el rodillo era algo más tradicional: una pareja de rodillos sobre los que colocar la rueda trasera, y un soporte para la delantera. Pero claro, las ciencias avanzan que es una barbaridad. Este rodillo se basa en el uso de un imán de neodimio, por lo que, más que un rodillo, es un sistema de freno magnético. Cuenta con un regulador de frenado con diez posiciones, que son regulables mediante un mando acoplable al manillar de la bici. Quizás pueda hacerse algo interesante con un servo…

De momento le estoy sacando partido: me estoy marcando sesiones diarias de 30 minutos de machaque con la bici de montaña de Ana, en el altillo. La ubicación no ha sido escogida al azar: como no le he puesto una cubierta lisa a la rueda trasera, el rodillo monta un ruido infernal, que, por otro lado, día a día se reduce. Esto no es ningún misterio, y se explica porque me estoy comiendo a pasos agigantados la goma de la cubierta. En un par de semanas sospecho que ya estará completamente lisa. :S Y esa es la otra consecuencia, claro. Estoy poniendo perdido, a diario, el altillo de goma que suelta la rueda.

Lo que aún no he utilizado es el DVD de motivación que venía con en el paquete: Etapas de subida a los Pirineos correspondientes, si no me equivoco, al Tour de Francia. Prefiero coger el iPod chufla y escuchar a Flogging Molly, Metallica e Iron Maiden. Raro que es uno…