Hoy he salido, por primera vez en el año (bueno, en realidad, por primera vez desde el verano) a dar pedales. He salido por la Vía Verde de Itálica y he enlazado con la Ruta del Agua. Y como era de esperar, me he puesto de barro hasta las cejas.
Para llegar a la vía verde he tenido que vadear un arroyo que hay cerca de casa. Al poco de pasar el arroyo me he metido en un barrizal hasta media rueda de la bici. Era alucinante: el barro estaba tan húmedo que el surco que dejaba la rueda se iba cerrando a su paso, como si nunca hubiera pasado por ahí.
Posteriormente, en la vía verde, había también zonas en las que el barro de los cultivos había invadido la vía, hasta hacerla casi impracticable en un par de puntos. Además, al ser un barro de tipo arcilloso, se queda pegado a las ruedas, y forma pellas en las horquillas y juntas de la bici.
Desde el puente del arroyo del Judío, tomé la Cañada de las Islas, en la parte que forma parte del trazado de la Ruta del Agua. El arroyo llevaba agua (es la primera vez que lo veo así), y tuve que vadearlo, lo que vino bien para quitarme algo de barro. Continué un rato por el camino, pero tras hundirme de nuevo un par de veces hasta media rueda, y partir una de las calas al intentar sacar el pedal del barro, decidí que era hora de volver a casa. Eso sí, con escala técnica en el lavadero de coches.
Etiquetas: ruta del agua, vía verde de itálica
Ejem… yo solo pienso en la pobre lavadora… y en el frio que debes de haber pasado.
Pero sarna con gusto….
Los abuelos te mandan besotes… ohhh!! Que fai Xabi ahi?? Mira que juapo!!
¡Jajaja! La lavadora sin novedad, ya que en el lavadero de coches, aparte de limpiar la bici, aproveché para pegarme un regado yo.
En cuanto al frío, que va, para nada. Aquí en Sevilla no es como en la sierra de Córdoba. Ahí sí que he pasado frío otras veces. Una vez tuve que quedarme en calzoncillos, un noviembre con un frío que pelaba, porque me caí de cabeza a un arroyo al vadearlo, y no me quedó más remedio que estrujar la ropa para no ir chorreando.
Y después de haber subido Cebreiro nevando, ya como que el frío que pueda hacer por aquí es poca cosa…
Saludos a los abuelos. Jeje, en esa foto no estoy ya tan gañán: me pelé en Navidad, y estoy relativamente afeitado.